
MADRID, 16 junio 2015 (ABC).- La autobiografía de Mandy Smith, auxiliar de vuelo de la compañía de Richard Branson, está repleta de sexo, fiestas y encontronazos con famosos
«Señores pasajeros, vamos a atravesar una zona de turbulencias. Por favor, abróchense los cinturones mientras repasamos la vida de la ex azafata Mandy Smith».

«Cobin Fever: The sizzling secrets of a Virgin air hostess» es el título del libro en el que Smith repasa todas las anécdotas que vivió durante las casi dos décadas que trabajó como sobrecargo para la aerolínea. «Con frecuencia, me tocaban el culo cuando pasaba a cerrar los compartimentos de las maletas», rememora. A sus 40 años, disfruta de la maternidad con una niña de cuatro años y de la estabilidad de su matrimonio. Pero no siempre fue así. «Mi maleta estaba más preparada para una reunión de tupper-sex que para viajar», confiesa.

Narra las noches más pasionales en Barbados -«casi rompemos el jacuzzi entre mis compañeras y los jugadores de un equipo de rugby»- o en Johannesburgo -«las fiestas en el hotel Intercontinental eran geniales.
Todas las noches me hacían alguna proposición indecente»-, aunque su favorita fue la que pasó en la mansión de Richard Branson, dueño de la compañía. «Nunca he visto tanto champán junto. En mi vida. Richard se apañó para empaparnos a todas al abrir las botellas», cuenta, «me mantuve en pie 24 horas gracias al vodka y el Red Bull».
El club de las alturas
Sin duda, mantener relaciones sexuales en un avión es uno de los sueños eróticos más comunes. Y como azafata, Smith tuvo que bregar con muchos pasajeros dispuestos a entrar en el conocido como «club de las alturas» o «mile-high club». «Según las reglas, cuando vemos a una pareja dándose cariño y amor más allá de los límites, tenemos que pararlos. Normalmente utilizan los baños, y es tan simple como llamar a la puerta y pedirles, respetuosamente, que salgan», explica.

Pasajeros famosos
De todas las familias que componen Virgin Group, Virgin Atlantic está considerada como la aerolínea más lujosa. Por eso no es de extrañar que Smith se topara, entre otros, al empresario y pre candidato republicanoDonald Trum, los actores David Hasselhoff o Patrick Swayze o incluso a la mujer de Kurt Cobain, Courtney Love. Entre sus recuerdos guarda un viaje de vuelta de Los Angeles en el que coincidió con la familia Osbourne y Robbie Williams. «Era muy amigable, pero cuando la gente empezó a pedirle autógrafos se volvió un narcisista», lamenta, «me pidió un pijama para dormir y no fue capaz de quitarse los vaqueros solo».
Fuente: ABC
Fotografías: Agencias