 ROBLEDA, 6 diciembre 2010 (EFE).- Un vecina  del municipio salmantino de Robleda está preparando el ingreso en el  Libro Guiness de los Récord mediante la confección a mano de una serie  de bordados de vainicas.
ROBLEDA, 6 diciembre 2010 (EFE).- Un vecina  del municipio salmantino de Robleda está preparando el ingreso en el  Libro Guiness de los Récord mediante la confección a mano de una serie  de bordados de vainicas.Se trata de Manuela García, que tiene un  taller de bordado artesanal en un antiguo desván de su vivienda de  Robleda, un municipio del suroeste salmantino enclavado en la falda de  la Sierra de Gata.
"Quiero llegar a los doscientos tipos de  vainicas diferentes y, una vez que los obtenga, las presentaré al Libro  Guiness de los Records", ha explicado hoy a Efe esta artesana.
Las  vainicas son una técnica de bordado que "se remonta al siglo XV" y  pertenecen al grupo del encaje de agujas. Con la ayuda de hilo, agujas,  tijeras y un costurero, Manuela García ha logrado una tira de vainicas  de lo más variopinto.
Cada bordado tiene un nombre, casi siempre  en función de lo que representa su dibujo, por lo que se pueden ver de  "flor de melocotonero", "frailucos atados", "zurcida de hoja", "de  araña", "de castañuela" y otras muchas más.
Las nuevas tecnologías  también se hermanan con este tipo de artesanía de hace quinientos años,  ya que la artesana ha podido sacar algunos de los bordados a través de  algunos vídeos que ha encontrado en el canal Youtube en internet.
Parte  de la serie que presentará al Libro Guiness de los Récord se expuso el  pasado mes de febrero en el Museo Pedagógico Textil Don Juan de  Valencia, ubicado en Madrid.
Manuela García pretende dar a esta  iniciativa un carácter pedagógico, ya que "se han perdido muchas formas y  maneras de trenzar los hilos", ya que con el paso del tiempo y la  despoblación del medio rural "se va perdiendo la costumbre de coser al  sol".
Tiene el título de Artesana de Bordado Artístico, que otorga  la Junta de Castilla y León, y cada año imparte clases de bordado de  vainicas con costurero a un centenar de personas.
A la pregunta de  cuántos hombres ha tenido como aprendices, la artesana exclama entre  risas: "¡ninguno!, sólo se apuntan mujeres".
Foto: Manuela García (EFE)