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sábado, 3 de noviembre de 2018

Yudy Pineda, la joven que pasó ocho años en un convento y acabó trabajando de actriz porno

BOGOTÁ, 1 noviembre 2018 (20 minutos / Caracol).- Tras enamorarse a los 18 años dejó atrás su vocación. Comenzó a trabajar como actriz porno, pero sigue yendo a misa semanalmente.

Su historia es la de una persona que huye de la pobreza y la violencia y encuentra la manera de compaginar su vocación espiritual con su trabajo mundano. Y ahora, su vida ha dado la vuelta al mundo.

Una entrevista en el medio colombiano Caracol ha hecho que la joven Yudy Pineda, de 28 años, haya saltado a la fama. Pineda nació en Ituango, una pequeña localidad colombiana al norte de Medellín, en una zona golpeada por la pobreza y la violencia, por lo que su familia se trasladó a Urabá, más al norte.

"En Urabá estuve en un colegio en el que nos visitaban las monjas y decidí entrar a los 10 años en esa vocación. Duré en el convento ocho años y estaba muy contenta", decía la joven al citado medio.

Pero pasado ese tiempo y siendo ya una adolescente de 18 años, conoció a un hombre del que se enamoró, uno de los profesores que impartía catequesis. "Hablé con la hermana y le dije que no era correcto lo que estaba haciendo, me había enamorado y decidí salirme del convento".

Yudy no llegó a convertirse en monja. Encontró un trabajo. Poco después fue madre por partida doble, pues tiene un hijo y una hija en edad escolar. Y entonces se cruzó en su camino un empresario que regentaba una suerte de academia para modelos de webcam, esto es, mujeres que se desnudan en una web que cobra por acceso a los usuarios.

"Conocí a una de las personas que llevan más de 10 años en la industria, asesorando y profesionalizando a las modelos. Con él llevo más de un año, en el cual me siento demasiado bien, me ha brindado demasiado apoyo", aseguraba a Caracol. Y aunque trabaja desnudándose y fingiendo actitudes sexuales (siempre ella sola, según remarca) sigue acudiendo semanalmente a un grupo de oración y va a misa puntualmente todos los domingos. Y aunque su confesor le ha pedido que deje el trabajo de actriz porno, ella siente que no hace "nada malo" y lo ve compatible con su fe.

 "Cuando voy a la iglesia trato de entrar lo más decente que puedo", concede. Ha tenido que pasar por situaciones duras, como que los compañeros de colegio de sus hijos les amenazaran y se burlaran de ellos al encontrar sus vídeos en Internet. Yudy habló con ellos, les explicó cual era su trabajo y todo mejoró, según cuenta.

Ahora se gana la vida con soltura, pues según dice ingresa cerca de 2.500 dólares trabajando 40 horas cada 15 días  bajo el nombre de Aghata Ponds.

Fotos del instagram de Yudy Pineda y de Aghata Ponds.