lunes, 24 de octubre de 2011

El mundo sigue adelante tras la tercera «profecía» fallida de Harold Camping

NUEVA YORK, 24 octubre 2011 (Agencia Católica).- En mayo pasado, el anuncio del fin del mundo había llamado la atención a partir de una impresionante campaña con predicadores con camisetas, folletos, libros y pancartas lanzados en las calles de muchas ciudades estadounidenses y del mundo entero, entre ellas Nueva York. En el metro neoyorquino, espacios publicitarios advertían sobre el “gran terremoto“ que acompañaría el advenimiento del “Día del Juicio Final“.

Según los medios estadounidenses, en esa campaña se habían gastado hasta unos 100 millones de dólares , procedentes de donaciones del mundo entero. Algunos de sus seguidores se habí­an arruinado al vender sus propiedades para donarlas a la campaña de Camping.

En cambio, en esta ocasión los seguidores de Camping optaron por el perfil bajo, y el propio predicador desconectó su teléfono y en la sede de la Family Radio nadie quería efectuar comentarios, de acuerdo con medios locales.

EE.UU, protestantes y el fin del mundo

El profesor de Teologí­a DiTommaso explica que aunque las profecí­as del fin del mundo son comunes a la mayorí­a de las religiones, se observa que es una idea especialmente recurrente entre los creyentes protestantes de Estados Unidos desde hace casi dos siglos.

Lorenzo DiTommaso, que ha estudiado la historia de las teorí­as apocalí­pticas, explica que el protestantismo ha puesto tradicionalmente mucho énfasis en la vuelta de Jesucristo a la Tierra y en la idea del Juicio Final.

Así, y aunque ningún pastor estadounidense serio le pone fecha al fin del mundo, sí es común que estos prediquen mucho acerca de la Parousía . De hecho, el 40% de los estadounidenses cree que Jesucristo volverá a la Tierra para salvar a los creyentes del Apocalipsis antes de 2050, según un sondeo del centro de estudios Pew.

Sin embargo, como explican lí­deres y publicaciones cristianas protestantes este tipo de profecías son “embarazosas“ para la mayorí­a de los creyentes porque no creen que nadie sepa cuándo ocurrirá el fin del mundo, y en segundo lugar porque los falsos anuncios sólo sirven de burla y descrédito para la fe cristiana.

Apocalípsis maya y crisis económica

La crisis económica es un factor que empuja a muchos a creer en las profecí­as del fin del mundo. “Hay épocas en las que proliferan estas ideas“, apunta DiTommaso, que es profesor en la Universidad Concordia de Montreal, en Canadá. “Ahora estamos en uno de esos momentos“.

DiTommaso señala como ejemplo la “profecí­a maya“, que predice que el mundo se acabará el 21 de diciembre de 2012 y que, según sus investigaciones, tiene una cifra de seguidores inusualmente grande cuando aún faltan 14 meses para el dí­a en que será puesta a prueba.

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