sábado, 23 de abril de 2011

El sonido perdido de las trompetas de Tutankamón

CAIRO, 23 abril 2011 (BBC).- Una trompeta de Tutankamón, con una antigüedad de 3.000 años, desapareció durante los recientes levantamientos en Egipto para reaparacer abandonada el metro de El Cairo. La BBC tiene la grabación única de ese instrumento, que tampoco se libró de la maldición que se le atribuye al joven faraón.
Entre las "cosas maravillosas" que el arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter describió después de examinar a la luz de las antorchas la tumba de Tutankamón que acababa de descubrir, en 1922, había dos trompetas, una de plata y otra de bronce.
Los instrumentos habían permanecido mudos por más de 3.000 años en el Valle de los Reyes, próximos a la momia del joven faraón. Ambos estaban decorados con inscripciones de dioses identificados con campañas militares.
La trompeta de bronce era exhibida en el Museo de El Cairo cuando ocurrieron las recientes revueltas en Egipto. El edificio fue saqueado y el instrumento desapareció.
La trompeta de plata no tuvo el mismo destino gracias a que formaba parte de una exposición itinerante. Aun así, el robo de uno de los instrumentos más antiguos del mundo agregó sal a la herida: los arqueólogos e historiadores ya se lamentaban de la pérdida de numerosas antigüedades en Egipto.
La trompeta de bronce fue encontrada recientemente en una bolsa en el metro de El Cairo, al parecer junto con otros artefactos de Tutankamón. Debido al frágil estado de ambos instrumentos, su sonido sólo ha sido reproducido en pocas ocasiones.

Productores de programas radiales de otra época vieron el potencial para una grabación extraordinaria y se las ingeniaron para que, en 1939, el Servicio de Antigüedades Egipcio aceptara participar en una trasmisión para todo el mundo desde el Museo de El Cairo.
Rex Keating, un pionero de la radio que ayudó a convencer a las autoridades de la institución, fue el elegido para presentar el programa que, una tarde de domingo, llegaría a 150 millones de escuchas en todo el mundo.
Para dar contexto, primero entrevistó a Alfred Lucas, uno de los últimos sobrevivientes del equipo de Carter y quien era el responsable de la restauración de los tesoros de Tutankamón.
La trompeta de bronce reapareció en el metro de El Cairo. Al ladrón aparentemente le costó venderla.
A cinco minutos de iniciarse la transmisión, las luces del museo fallaron y todo quedó a oscuras. Hubo que encender velas.
Keating inició la cuenta regresiva: "Falta un minuto. Veo, con el rabillo del ojo, a Lucas intentando parecer despreocupado, pero el temblor del guión en su mano delata su nerviosismo...".
La preocupación de Lucas era comprensible, ya que había participado en un intento anterior de sacarle sonido a la trompeta delante del rey Faruk de Egipto.
La historia cuenta que el precioso instrumento se quebró, probablemente debido a la boquilla moderna que se le insertó para sacarle sonido.Según el colorido relato de Keating, Lucas quedó tan destrozado como el instrumento mismo y debió recibir tratamiento en el hospital.
Cuando llegó el momento, los radioescuchas quedaron embrujados.
El músico elegido para esta transmisión legendaria fue el trompetista James Tappern. Su hijo, Peter, también trompetista, recuerda cómo esta historia marcó su niñez y cuánto le gustaba contarla a su padre.
Sin embargo, la única grabación que su familia guardaba del programa, un frágil disco de acetato 78 RPM, se destruyó durante una mudanza. Pasaron décadas antes de que Peter oyera, finalmente, la cinta original de la BBC.
"Me dejó estupefacto con la calidad del sonido", recuerda. "Cómo la tocaban los trompetistas de la época de Tutankamón, ni me pregunten. Mi padre utilizó boquillas modernas, pero la técnica que se necesita es asombrosa".
Al parecer, la maldición de Tutankamón, la idea de que todo aquel que de alguna manera altere la calma de la tumba del joven faraón tendrá un destino funesto, sigue agregando capítulos a su presunta validez.
Después de todo, el instrumento robado y devuelto fue tocado por James Tappern poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.


Según el curador del Museo de El Cairo, la trompeta también fue ejecutada tres veces, la primera antes de la 1a guerra mundial, la segunda antes de la primera Guerra del Golfo. Luego, un miembro del personal hizo lo mismo una semana antes del levantamiento egipcio. Así, algunos podrían argumentar que la "maldición" de Tutankamón tiene un sesgo bélico.