sábado, 14 de mayo de 2011

El niño que se fugó en el chasis de un camión cumple su sueño de ver a su madre

LA PAZ, 14 de mayo 2011 (AP).- Un drama con final feliz es lo que espera vivir Zenobia Huanaco cuando se reencuentre el sábado con su pequeño Franklin de 10 años, el niño que huyó de Bolivia en el chasis de un camión en busca de su madre y terminó por error en Chile.

"Estoy muy alegre de reencontrarme con mi hijo, por fin me pasa la pena que tenía", dijo Huanaco por teléfono horas antes del arribo de Franklin Villca Huanaco a la terminal terrestre de la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia, donde vive la mujer.

La abogada María Elena Valencia del servicio social de la gobernación recogió al menor de la autoridades chilenas en la pequeña ciudad de Iquique en el norte chileno y regresaba el sábado a Bolivia en autobús, según dijo la funcionaria.

La historia del pequeño polizón conmovió a Chile y Bolivia después de que la televisión estatal chilena divulgara el caso. El niño escapó de la casa de su padre en la ciudad andina de Oruro luego de que un hermano mayor lo castigó y se ocultó en la caja de herramientas de un camión pensando llegar a Cochabamba, donde vive su madre, pero viajó más de mil kilómetros y terminó en Alto Hospicio, ciudad chilena vecina de Iquique.

El ama de casa chilena Margarita Flores lo encontró hambriento y vagando en las calles y lo acogió en su hogar hasta reportar el caso a las autoridades.

El menor viajó más de dos días oculto en una pequeña caja metálica sin agua ni alimentos, con escasa ropa abrigada y soportó temperaturas bajo cero. Es un milagro que haya sobrevivido a tan bajas temperaturas del altiplano boliviano y chileno, según las autoridades.

Su madre cumplió una condena de poco más de tres años por transportar químicos para fabricar cocaína y aún no está autorizada a salir del país, por lo que no pudo viajar a Chile a recoger al niño.

El padre de Franklin tenía la custodia de los cuatro hijos en Oruro e inició una nueva relación conyugal. Huanaco dijo que sus hijos aceptaron volver con ella y retornarán a su pueblo altiplánico de Sica Sica, 100 kilómetros al sur de La Paz, donde se unirán al negocio familiar de faena de reses.

"Quiero juntarme con todos mis hijos para irme a vivir a mi pueblo", dijo la madre boliviana, una indígena de origen quechua.

La mujer, de 45 años, agradeció a la chilena Flores, quien le prometió visitar al niño en Bolivia.