domingo, 3 de julio de 2011

Termina glamuroso festejo y crece escándalo en Mónaco



MONTECARLO, 3 julio 2011 (El Heraldo).- Cuando apenas los medios impresos del mundo empiezan a reproducir las fotografías de la exquisita fiesta y cena de gala de la celebración del enlace religioso de los príncipes Alberto II y Charlene de Mónaco, estalla un escándalo alrededor de otra supuesta paternidad del flamante esposo.

Según publica The Telegraph, el príncipe Alberto podría ser padre de un tercer hijo ilegítimo nacido hace dos semanas, hecho que habría provocado el intento de anulación de a boda por parte de Charlene.
No en vano circularon versiones en el sentido que la sudafricana habría intentado huir y no acudir al matrimonio. Al parecer en la situación intervinieron consejeros de los Grimaldi, para evitar que la novia tomara esa decisión.
Según un despacho de la AP, del 3 de julio, el príncipe reconoce que tuvo dos hijos fuera del matrimonio pero que sólo su vástago legítimo podrá sucederlo. La noticia también se refiere al intento de Charlene de regresar a su tierra natal y a la reacción del palacio de desechar esas versiones.
La cena y el baile. El sábado los invitados que asistieron a la ceremonia religiosa regresaron a los hoteles París y Hermitage para cambiar los sombreros y trajes cortos por exquisitos vestidos largos y seguir disfrutando de la celebración: un banquete y un baile en la Ópera Garnier. Allí dos mil flores de azúcar coronaron la tarta nupcial. El pudín de siete plantas, de dos y medio de alto, era de esponjosa almendra, con fina compota de grosellas y una mousse ligera de vainilla, recubierta de chocolate blanco y de algunas perlas de grosella.En la mesa de honor, dispuesta en forma de T, estuvieron en la barra transversal las familias de los novios y en la parte perpendicular jefes de Estado y de las familias reales. Mónaco terminó iluminada con fuegos pirotécnicos.



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