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La situación se tornó más inverosímil debido a que la reserva, conformada por juveniles menores de 20 años, acababa de terminar de jugar un partido contra su par de Cienciano (que perdió por 1-0) por lo que sumó 180 minutos seguidos a 3.300 metros de altitud.
Sólo nueve jugadores del equipo de reserva fueron aceptados por el árbitro del lance para ser alineados, debido a que el resto de sus compañeros no tenía contrato profesional, requisito para poder actuar en la división superior.
El escándalo resultó de tal tamaño que el marcador final pasó desapercibido: 3-0 a favor de los locales, que dirige el uruguayo Carlos Daniel Jurado.
No existen antecedentes de un caso similar en el fútbol peruano, en especial con un club profesional que se apresta a jugar los cuartos de final de la Copa Sudamericana, el miércoles en Lima, ante el brasileño Vasco da Gama.
El insólito caso se originó porque el avión con los jugadores titulares salió tarde de Lima y llegó a Cusco minutos antes del inicio del encuentro, con lo cual el Universitario, que vive un severa crisis financiera, contravino el acuerdo de los clubes de viajar con un día de anticipación para evitar contratiempos.
El Universitario jugó con nueve jugadores durante los primeros 24 minutos y luego sólo pudo hacer los tres cambios que permite el reglamento.