Los astrónomos esperan con impaciencia el sobrevuelo del asteroide, cuya máxima aproximación ocurrirá a las 23.28 UT (una hora más en España y, por lo tanto, el miércoles día 9) . Aunque 2005 YU55 visita regularmente la vecindad de la Tierra, Venus y Marte, debido a su trayectoria, el encuentro de 2011 es el más cercano que esta roca espacial ha realizado durante los últimos 200 años. Potentes radiotelescopios de Goldstone, California, y de Arecibo, en Puerto Rico, están pendientes del acontecimiento, con el objetivo de conocer con gran detalle la forma y textura de la roca e identificar su órbita. Anteriores observaciones realizadas desde Arecibo muestran que el 2005 YU55 tiene forma esférica. Gira lentamente, con un periodo de rotación de aproximadamente 18 horas. La superficie del asteroide es más oscura que el carbón en longitudes de onda ópticas.
Un encuentro similar
La NASA recuerda que asteroides de este tamaño han pasado cerca la Tierra a distancias similares en muchas ocasiones, pero esta es la primera vez que los astrónomos conocen el paseo de antemano. Por ejemplo, en 1976, 2010 XC15 pasó a solo la mitad de la distancia lunar. Sin embargo, los investigadores no descubrieron la roca espacial hasta 24 años después. El acercamiento de hoy, por lo tanto, representa una oportunidad única para la investigación de asteroides. Brillará como una estrella de magnitud 11 y será visible con un telescopio de tamaño medio.
Captan imágenes del gran asteroide que se acerca hoy a la Tierra
WASHINGTON, 8 noviembre 2011 (ABC).- La Tierra recibe hoy a un visitante llegado de muy lejos. Se trata delasteroide 2005 YU55, una roca de 400 metros de diámetro, el tamaño de un portaaviones, que realizará su máxima aproximación a nuestro planeta durante la madrugada, casi media hora después de la medianoche. Se situará a 324.600 kilómetros de nosotros (distancia medida desde el centro de la Tierra), más cerca que la órbita de la Luna. Los radares del centro Deep Space Network de la NASA en Goldstone, California, han captado nuevas imágenes del asteroide en su acercamiento. La última vez que una roca de estas dimensiones se nos arrimó tanto fue en 1976, aunque en esa ocasión los astrónomos ni siquiera se dieron cuenta. No volverá a ocurrir hasta 2028.
El asteroide 2005 YU55, en una imagen captada el lunes por un observatorio de la NASA |
El mejor momento para hacerlo será unas horas después de que realice su máximo acercamiento. Entonces, el asteroide alcanzará un brillo de magnitud 11.1, más de cien veces más tenue que el límite de la visión humana. Sin embargo, un telescopio con una apertura de al menos 6 ó 8 pulgadas será suficiente para observarlo.
En cinco minutos
La trayectoria del asteroide por nuestro vecindario celestial será especialmente favorable para los observadores de Europa Occidental y Norteamérica. El objeto recorrerá el cielo por el Este 70 grados a través de las constelaciones del Águila y Pegaso en solo diez horas. A 29.000 millas por hora, cubrirá la anchura de la Tierra en menos de cinco minutos. El mayor problema para los observadores es que la Luna estará casi llena, por lo que el cielo estará iluminado y será más complicado detectar la roca.
Para determinar dónde mirar, los responsables de la revista Space&Telescope han preparado dos mapas detallados. Una vez el asteroide esté en la diana de su telescopio, «el observador no debería tener ningún problema averiguando qué punto de luz es el asteroide, porque lo verá moverse ante sus ojos», explican.
Descubierto hace casi seis años por Robert McMillan en el Observatorio Steward de Arizona (EE.UU.), el asteroide 2005 YU55 ya se ha acercado antes a la Tierra. En abril de 2010, se aventuró lo suficientemente cerca para ser estudiado por los radares de Arecibo. Incluso se aproximó aún más en 1976, aunque entonces no pudo ser detectado.
¿Cómo debe ser un asteroide para provocar una catástrofe en la Tierra?
Nota del editor CNN: Meg Urry es profesora del Israel Munson de Física y Astronomía y presidenta del departamento de Física en la Universidad de Yale, donde es directora del Centro Yale de Astronomía y Astrofísica. Esta pieza fue escrita en colaboración con The Op-Ed Project, una organización que busca ampliar la gama de voces de opinión para incluir a más mujeres.
NEW HAVEN, 8 noviembre 2011 (CNN) — Está previsto que este martes el asteroide 2005 YU55 pase cerca de la Tierra, un poco más cerca que la Luna. Si has visto las películas Asteroid (1997) o Impacto profundo(1998), sabes por qué la gente presta atención a lo que la NASA llama “objetos potencialmente peligrosos”: si un gran asteroide golpeara la Tierra podría causar una catástrofe global.
El YU55 no chocará con la Tierra en el corto plazo, ciertamente no en los próximos 100 años, de acuerdo con el Near Earth Object Program de la NASA (Programa de objetos cercanos a la Tierra). No obstante, las colisiones de rocas espaciales con la Tierra deben haber sucedido muchas veces en su historia de 4,500 millones de años debido a que la superficie de la Luna, nuestra hermana cercana, está cubierta de cráteres de impactos que no fueron alterados por el clima terrestre, los volcanes, la erosión o la vegetación.
David Rabinowitz, un científico planetario de la Universidad de Yale, estima que asteroides del tamaño del YU55 se han acercado tanto a la Tierra una vez cada 100 años, y uno tan grande como éste golpea a la Tierra sólo cada 100,000 años.
El 2005 YU55 (su nombre deriva del año y mes en que fue descubierto) es grande en comparación contigo y conmigo, pero es de tamaño moderado para un asteroide, de unos 400 metros de diámetro (el largo de cuatro campos de futbol), y muy pequeño en comparación con la Tierra o la Luna.
Vamos a intentar una analogía de tamaño: si la Tierra fuera una casa de tamaño mediano, la Luna sería un auto grande a 800 metros de distancia (15 canchas de futbol). El asteroide sería un diminuto punto de lápiz (como la puntilla más delgada que puedes comprar para un lapicero) que nunca se acercará a la casa (Tierra) más que a siete campos de futbol de distancia.
Esto es mucho menor que el asteroide al que se le atribuye haber extinguido a los dinosaurios y creó el cráter de Chicxulub cerca de la península de Yucatán, en México. Ese asteroide era probablemente 25 veces mayor de diámetro y más de 15,000 veces más grande en volumen. Todavía era pequeño en comparación con la Tierra o con la Luna: aproximadamente del tamaño de la uña del dedo meñique en la analogía de la casa-coche-punto, pero lo suficientemente grande como para causar el caos global de la extinción masiva.
Afortunadamente, los asteroides grandes, como el que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años son muy raros, por lo que la probabilidad de un impacto similar es muy pequeña. A finales de 1990, la NASA comenzó un censo de los asteroides más grandes, de más de 1,000 metros de ancho. Este censo tiene un avance de aproximadamente 90%, con unos 900 grandes asteroides conocidos y menos de 100 que no han sido registrados. Ninguno de los asteroides conocidos se encuentra actualmente en una ruta de colisión con la Tierra.
Los asteroides más pequeños son mucho más numerosos, por lo que aunque individualmente no causen tanto daño, es más probable que impacten la Tierra. La posibilidad de un daño grave a la Tierra depende de dos factores en competencia: ¿cuántos y cuán grandes serían?
El peligro, como en el cuento de Ricitos de Oro, proviene del punto medio, de los asteroides lo suficientemente pequeños como para ser abundantes pero lo suficientemente grandes como para hacer daño. ElYU55 es de ese tamaño justo. Un asteroide similar que golpeara a la Tierra podría dañar seriamente una ciudad o causar un tsunami.
Si se encontrara que un gran asteroide se dirige hacia la Tierra, los científicos e ingenieros tienen ideas sobre cómo desviarlo, quizás utilizando la gravedad o explosivos. Cuanto más lejos esté el asteroide, menor será el cambio necesario en su trayectoria, y por lo tanto más fácil sería evitar una colisión.
Los resultados recientes del satélite infrarrojo WISE de la NASA sugieren que hay 20,000 rocas espaciales con diámetros entre 100 metros y 1,000 metros. Hacer un seguimiento de ellas no será fácil. Es “como tratar de detectar una vela a la distancia de la Luna”, dijo Lindley Johnson, científico del proyecto WISE, en una conferencia de prensa el mes pasado.
Hace nueve años, la NASA pidió a un equipo de científicos hacer recomendaciones sobre la forma en que podría realizarse un censo de asteroides más pequeños. Su informe, publicado en 2003, estima que hay cerca de 500,000 objetos cercanos a la Tierra con un diámetro de 50 a 100 metros (comparables a un campo de futbol), con una frecuencia de impacto estimado de uno cada 1,000 años.
Los científicos creen que el famoso evento de Tunguska en 1908, una enorme explosión que aplastó 80 millones de árboles en más de 2,150 kilómetros cuadrados (dos tercios del tamaño de Rhode Island) en Rusia, fue causado por el impacto de un asteroide o un meteorito de 50 a 100 metros de diámetro. La fuerza de esta explosión fue aproximadamente 1,000 veces mayor que la bomba nuclear lanzada sobre Hiroshima.
El estudio de 2003 recomienda que la NASA busque objetos potencialmente peligrosos superiores a unos 140 metros de diámetro, o aproximadamente un tercio del tamaño (una novena parte del peso) delYU55. Buscar objetos más pequeños sería muy caro y no se traduciría en un gran incremento de la seguridad global. Sin embargo, detenerse en los 1,000 metros —medida en la que el censo actual es bastante completo— se consideró insuficiente para proteger al planeta.
La búsqueda de asteroides cercanos a la Tierra se puede hacer con telescopios en la Tierra y en el espacio, observando en longitudes de onda ópticas e infrarrojas (como el WISE). En los últimos años, el Congreso estadounidense ha proporcionado fondos para dos proyectos de observación del cielo, Pan-STARRS (el primer telescopio en ser desplegado) y LSST (hasta ahora, en la fase de diseño).
Los científicos saben que hay mucho más en los asteroides que sólo peligro; son el material con el que fueron formados los planetas interiores rocosos de nuestro sistema solar (Tierra, Marte, Mercurio, Venus). Entender la composición de los asteroides, así como la distribución de su tamaño y forma, proporciona información importante que las teorías de la formación planetaria deben explicar.
Se piensa que el YU55 es muy negro, como si estuviera hecho de carbono, como el carboncillo. Debido a que pasará relativamente cerca, en los próximos días ofrecerá una mina de oro de datos para los científicos. Para ellos la distancia es perfecta.
NASA descarta que enorme asteroide impacte la Tierra
LOS ÁNGELES, 8 noviembre 2011 (pysnnoticias).– Un asteroide del tamaño de un portaaviones pasará el martes cerca de la Tierra pero la NASA descarta que cause daño alguno a la superficie terrestre.
Los científicos del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra, de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés), que monitorea el movimiento de los asteroides y cometas, descartaron cualquier posibilidad de impacto.
Personal de la agencia espacial estadounidense usará el encuentro cercano para saber más sobre la piedra espacial conocida como 2005 YU55.
La última vez que un intruso cósmico de estas dimensiones estuvo tan cerca de la Tierra fue en 1976 y no sucederá de nuevo hasta el 2028.
Desde finales de la semana pasada, las antenas de la Red del Espacio Profundo de la agencia espacial en California ha estado monitoreando el asteroide de 0,4 kilómetros (un cuarto de milla) de ancho mientras se acerca con dirección al sol.
El radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, planea realizar un evento de observación el martes, cuando el asteroide se encuentre en el punto más cercano a la Tierra a 325.072 kilómetros (202.000 millas) a las 6:28 de la tarde (1128 GMT).
Los investigadores analizarán las imágenes de radar para recoger detalles sobre las características y forma de la superficie del asteroide.
Desde su hallazgo hace seis años por un astrónomo de la Universidad de Arizona, los científicos han aprendido mucho sobre el 2005 YU55. Su superficie es color negro carbón, y gira lentamente en el espacio.