GEORGIA, 13 diciembre 2011 (EFE).- Un equipo de investigadores de la Universidad de Georgia ha creado un nuevo un material que, tras haber sido expuesto al Sol durante un minuto, es capaz de irradiar luz infrarroja que puede ser percibida en la oscuridad durante más de dos semanas. Según sus descubridores, el hallazgo podría revolucionar el campo de los diagnósticos médicos, por ejemplo, en nanopartículas que, adheridas a las células cancerígenas, permitirían la visualización de una pequeña metástasis que, de otra forma, pasaría inadvertida. Además, puede ofrecer a las fuerzas militares una fuente de iluminación «secreta», ya que solo puede verse por medio de dispositivos especializados de visión nocturna. El trabajo aparece publicado en la revista especializada Nature Materials.
«Cuando pones el material en cualquier lugar fuera de un edificio, un minuto de exposión a la luz puede crear 360 horas de luz cercana al infrarrojo», explica Zhengwei Pan, responsable de la investigación. El material, unos discos cerámicos, contiene iones de cromo trivalentes, que emiten luz en el campo cercano al infrarrojo, pero su emisión luminosa solo dura unos pocos milisegundos. Lo novedoso del material de Pan es que combina zinc y germanato, un complejo compuesto óxido, lo que crea un «laberinto de trampas» que almacena la energía durante mucho más tiempo y permite que se libere, es decir, que emita luz, durante más de dos semanas.
Incluso en un día nublado
Los científicos probaron el material en distintas condiciones y comprobaron que podía ser «cargado» incluso si el día era nublado o estaba lluvioso. La sustancia fosforescente no necesita ser expuesta directamente a la luz, sino que se puede cargar en medio de sombras, debajo del agua o incluso en una solución corrosiva de cloro.
Zhengwei Pan cree que el material podría ser utilizado por los ejércitos y las fuerzas de seguridad con fines de identificación, ya que permite localizar a personas o equipos por la noche. Solo harían falta unas gafas nocturnas especiales para verlos. Además nanopartículas con este material podrían iluminar una pequeña metástasis en el cuerpo humano y podrían ayudar al desarrollo de una próxima generación de células de energía solar más eficientes.