Encalla crucero en Italia; hay 6 muertos
El barco Costa Concordia había partido de la ciudad costera italiana de Savona, en el norte, y tenía escalas previstas en Civitavecchia, Palermo, Cagliari, Palma de Mallorca y Barcelona Marsella, antes de regresar a Savona, explicó la compañía naviera en un comunicado.
Sin embargo, el Costa Concordia, de la compañía de cruceros genovesa Costa Corciere, chocó al parecer con un banco frente a la costa toscana, cerca de Giglio.
Medios como Il Tirreno mostraron imágenes espectaculares del gigantesco buque, encallado. Testigos citados por la prensa italiana y otros que subieron sus testimonios a Twitter refirieron que el siniestro les hizo recordar el hundimiento del Titanic, hace 100 años.
En el Costa Concordia viajaban 4 mil 200 personas —de las cuales, unos mil serían italianas, otros 500 alemanas y habría unos 160 franceses—. Uno de los testigos dijo que estaban cenando cuando se fue la luz y se sintió un golpe y se escuchó un gran estruendo.
El capitán les dijo que se trataba de un problema eléctrico y que subieran al puente, se pusieran sus chalecos y se prepararan para subir a lanchas de emergencia.
Siempre según los testimonios, muchos pasajeros entraron en pánico al ver que el barco se estaba inundando y se empezaron a empujar, en un desesperado intento por apresurar el proceso de embarque en las lanchas que los trasladaron a la isla.
El prefecto de Grosseto, Giuseppe Linardi, explicó que el crucero se empezó a inclinar de lado y que algunos pasajeros, aterrados, saltaron por la borda.
Las circunstancias en que se produjeron los decesos aún no estaban claras. Además de los seis muertos —han sido recuperados tres cuerpos—, habría varios heridos. Los pasajeros fueron trasladados a Giglio y otros serían llevados al cercano puerto de Santo Stefano.
Fotografías y datos oficiales del Costa Concordia
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Capitán del crucero se bajó antes que los pasajeros y no quiso regresar a salvarnos: turista español
ROMA, 14 enero 2012 (Efe).- Juan Cevedo relató en Caracol Radio que la embarcación del ‘Costa Concordia’ no ayudó a los pasajeros al momento del naufragio y que no les avisaron a tiempo de lo que estaba sucediendo.“Bajé hasta las 12:30 de la madrugada y hasta que bajé no vi a nadie, hubo gente que ayudó mucho, pero de marineros no vimos a nadie. Al principio nos dijeron que no pasaba nada, que era un problema eléctrico”, explicó el español, quien viajaba en el barco con la colombiana Sandra López.
Cevedo aseguró que él vio al capitán del barco en tierra cuando todavía faltaba mucha gente por salir del agua.
“El Capitán ya estaba en tierra cuando lo vi y lo tuvieron que esconder, la gente se puso muy furiosa. Es un fallo del Capitán pero grave y hubo negligencia de su parte”, sentenció el pasajero, quien anunció acciones legales, junto con los demás españoles que sufrieron en el naufragio.
El embajador de Colombia en Italia, Juan Manuel Prieto, aseguró en Caracol Radio que ya se adelantan las labores consulares para que los 10 tripulantes del ‘Costa Concordia’ que naufragó este fin de semana vuelvan al país.
“La tripulación será trasladada a un hotel más cercano a Roma para que planeen su regreso a Colombia. Tomaremos todas las medidas para expedirles los pasaportes y a partir de mañana serán repatriados”, explicó el Diplomático.
El embajador Prieto señaló que los otros 10 colombianos que eran pasajeros de la embarcación ya fueron enviados al lugar donde zarparon, la mayoría en Barcelona, España.
El único colombiano que estaba bajo observación médica, el señor Jorge Ernesto Sánchez, será dado de alta esta tarde, después de que se le diagnosticara hipotermia, tras pasar varias horas en el agua esperando su rescate.
La maldición del crucero Costa Concordia
BUENOS AIRES, 15 enero (El Clarín).- En la inauguración del crucero Costa Concordia, la botella de champagne, tradicionalmente arrojada contra el casco de las embarcaciones como símbolo del bautizo, no se rompió, lo que es considerado como un "mal augurio". El hecho ocurrió el 2 de septiembre del 2005, el día de estreno del Costa Concordia. Según la tradición maritima el dar de beber a la embarcación y al mar al momento de bautizarla es una ofrenda que asegura un buen trayecto.
El hecho de que la botella se negara a romperse, implica el incumplimiento de la ofrenda y es signo de mal augurio según esta tradición, que tiene orígenes fenicios y vikingos. Y actualmente es aceptada como una tradición que cumplen fielmente todas las grandes navieras.
Reinó el caos en el crucero Costa Concordia
“Nunca se supo, ni se vio al capitán. Nunca habló con los pasajeros, ni tomó iniciativas. Escapó del barco”, declaró Íñiguez en un hotel de Roma al que fueron llevados los supervivientes tras el naufragio.
“Estabamos cenando cuando sentimos una gran vibración, como si el barco chocara con algo; luego comenzó a ladearse, volaron platos y objetos y los meseros se cayeron al piso”, dijo.
Comentó que tras el susto inicial, los pasajeros se tranquilizaron porque la tripulación les informó que se trataba simplemente de un problema con el generador eléctrico.
Pero, añadió, el tiempo pasaba y el barco se inclinaba cada vez más, por lo que con su esposa y de cientos de personas salió a la cubierta, donde reinaban el caos y la desorganización.
“Nos dejaron esperando mínimo dos horas antes de poder subir al bote salvavidas. Había un cocinero filipino, que no hablaba inglés, ni italiano, que no dejaba subir a nadie y amenazaba con golpear a los pasajeros que lo intentaran”, refirió.
Dijo que más de 150 personas hacían fila para subir a esa lancha, a la que finalmente pudieron acceder luego de que otro miembro de la tripulación, aparentemente italiano, salió y a gritos ordenó que les permitieran subir.
“Al final nos dimos cuenta que la tripulación no sabía ni siquiera usar el radio para comunicarse. El encargado de guiar el bote casi nos estrella contra el crucero, por lo que un pasajero debió tomar el mando y llevar la lancha a tierra”, comentó.
No recibieron capacitación
La pareja, originaria de Guadalajara, había apenas abordado ese día el crucero en el puerto italiano de Civitavecchia y no recibió ninguna instrucción ni capacitación sobre la manera en la cual comportarse en caso de emergencia.
“Nos sentíamos confundidos, hacia mucho frío y salimos sin siquiera poder agarrar una chamarra, ni pasaportes, ni dinero, ni nada”, resaltó Íñiguez.
Informó que vieron a un hombre con una gran herida en la cabeza, aparentemente causada por una de las cuerdas que sostenía a la lancha salvavidas.
“Había además un español con la nariz fracturada y en tierra vimos como transportaban el cadáver de una mujer, aparentemente filipina. Dijo no saber en que isla fueron bajados antes de poder abordar (luego de instrucciones contradictorias) un ferry que los llevó a tierra, donde ya había más organización, además de decenas de ambulancias, socorristas y las fuerzas
del orden.
“Lo primero que hicieron fue darnos una cobija, porque estabamos muriéndonos de frío. Mínimo habremos llegado a tierra a las 5:30 horas” tiempo local, indicó.
Jorge Íñiguez agregó que la compañía Costa Crociere, propietaria del crucero, no ha querido asumir su responsabilidad y no ha confirmado si serán indemnizados o podrán recuperar sus pertenencias.
Según las autoridades, el accidente fue causado por un error humano, por lo que la fiscalía de la central ciudad de Grosseto, Toscana, ordenó el arresto del capitán, Francesco Schettino, acusado de homicidio culposo, naufragio y abandono
de la nave.
A bordo del Costa Concordia viajaban más de cuatro mil 200 personas, entre pasajeros y miembros de la tripulación.
Fue escenario de película
El cineasta Jean-Luc Godard rodó parte de su película, Film Socialisme (2010), en el crucero Costa Concordia.
Medios como The Examiner han recogido este dato, que además coincide con el lanzamiento en DVD del filme, que fue proyectado dentro de la sección oficial del Festival de Cannes en mayo de 2010.
La nave aparece en la primera parte de la cinta de Godard, quien rodó imágenes de turistas en un crucero por el Mediterráneo que recala en Nápoles, Alejandría y Argel, un itinerario que no coincide con el que recorría en su último periplo.
Temen un desastre ambiental
Después de intensas jornadas de rescate en el Puerto Stefano, frente a la isla del Giglio, donde el viernes pasado naufragó un crucero de lujo, el número de víctimas subió de tres a cinco, aunque pudieron rescatar a la mayoría de los pasajeros perdidos, quedando hasta anoche unas diez personas sin aparecer.
Las nuevas víctimas eran dos hombres ancianos que se encontraron en la parte hundida del barco y que llevaban puesto su chaleco salvavidas. Para encontrar a las otras personas, se trabaja sin descanso, prueba de ello es que la gran mayoría ha sidos rescatada, entre ellos una pareja de jóvenes recién casados provenientes de Corea.
Mientras tanto, las investigaciones del accidente continúan y el capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, pasó ya su primera noche en prisión acusado de homicidio culposo, naufragio y abandono de la nave, por lo que, según dicen las autoridades, podría pasar hasta 15 años en prisión.
De hecho, la Procuraduría de Grosseto confirmó ayer que Schettino no solamente no había sido el último en abandonar la nave, sino que incluso la Guardia Costera lo habría invitado a volver a ella para coordinar todo el proceso de evacuación, como prevé la ley, recordándole su responsabilidad y la gravedad de su comportamiento por la responsabilidad que tenía.
Por todo esto, las autoridades decidieron detenerlo porque, aunque él había asegurado que había regresado al barco y en realidad no lo hizo, también temían que hubiera huido y contaminado las pruebas.
El procurador de Grosseto, Francesco Verusio, aseguró ayer que el crucero se acercó a 150 metros del puerto para saludar a los habitantes de la isla, y que aunque, por las delcaraciones de muchos testimonios era una práctica normal, era demasiado cercana para poder provocar un incidente de consecuencias fatales, tal como ocurrió el pasado viernes.
Otra de las anomalías que se están investigando para saber todas las negligencias del caso, es que la alarma tardó una hora en detonarse después de que la nave chocara.
Analizan cómo limpiar
Adentro del crucero hundido siguen las casi dos mil 400 toneladas de combustible por las que las autoridades ambientales están sumamente preocupadas. De ahí que la misión prioritaria es sacarlo sin que se derrame en las playas de la Toscana.
Corrado Clini, ministro del Ambiente, anunció que hoy se llevará a cabo una reunión en la prefectura de Livorno con autoridades de la región toscana, Protección Civil, Instituto Superior de Sanidad, el Núcleo Operativo Ecológico de los Carabineros y la Capitanería del Puerto para solucionar este problema.
En entrevista con la televisión italiana, Clini aseguró que estos grandes hoteles navegantes representan cada vez más un peligro para las costas, que, con el fin de ofrecer emociones a los turistas, están contaminando muchas playas, por lo que urge controlarlos.
La recuperación
Ayer trascendió de que una vez terminadas las labores de rescate, será la compañía holandesa Smit, quien se ocupará de recuperar el crucero. “Se necesitarán al menos dos semanas para completar esta operación”, señalaron los técnicos de la Smit, quienes están analizando qué técnicas de rescate utilizarán.
De acuerdo con los técnicos, las opciones son dos: Voltearla para que quede en condiciones en que pueda flotar y remolcarla hasta donde puedan repararla o demolerla (según la valoración que se haga después de conocer las condiciones en que se encuentre), o ahí mismo desmontar pieza por pieza.
“Lo que no sabemos todavía es si la nave tendrá la fuerza para flotar, lo que es indispensable es reparar las fallas para meter una bomba que pueda sacar el agua” dijeron técnicos.
A lo Titanic: Músicos del Costa Concordia siguieron tocando tras primer golpe del barco
Una de las cosas que más llamó la atención fue cuando narró que los músicos del crucero siguieron tocando pese al primer impacto que se sintió en el crucero tal como ocurrió en el hundimiento del Titanic.
“Mi hijo me contó que los músicos continuaron tocando incluso después del primer golpe”, contó Noger Paredes en diálogo con el programa Abre los Ojos.
Según siguió contando, tras el impacto, su hijo regresó a su cabina para ponerse el chaleco salvavidas, mientras que el capitán extrañamente desapareció pues prefirió primero salvarse, abandonando a su tripulación.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades para agilizar los trámites de repatriación de su hijo, aunque manifestó que lo que más le preocupa es cómo va a quedar su situación laboral con la empresa que lo llevó a subirse al "crucero de la muerte".
Fragmento de la película Tianic (1997) de James Cameron
