BOSTON, 5 septiembre 2012 (CNN).- Un juez de una corte federal ordenó el martes a oficiales de Massachusetts, Estados Unidos proporcionar una cirugía de reasignación de sexo para un recluso transexual, después de determinar que era el único tratamiento adecuado para su enfermedad mental.
Robert, 1990 / Michelle, 2012 (CNN)
Departamento de Correccionales del estado dijo que Michelle Kosilek, previamente conocida como Robert, quien cumple una sentencia de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por asesinar a su esposa en 1990, tiene un trastorno de identidad de género.
Intentó castrarse, y trató dos veces de suicidarse mientras estaba encarcelada en una prisión de hombres en Norfolk, Estados Unidos, según una orden de la corte.
“Estamos muy felices con la decisión, por supuesto. Seguimos revisando la opinión y anticipamos que el Departamento de Correccionales seguirá la orden del Juez Wolf y rápidamente organizará todo para que Michelle Kosilec reciba su tratamiento”, dijo el abogado de Kosilek, Joseph Sulman, este martes.
El juez Mark L. Wolf dictó que la cirugía de reasignación de sexo es el “único tratamiento adecuado” para Kosilek, y que “no hay medios menos intrusivos para corregir la violación prolongada del derecho de Kosilek a la Octava Enmienda para un cuidado médico adecuado”. La Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos se refiere a la prohibición de castigos excesivos, crueles o inusuales.
“Esta es la primera decisión en la que la corte ordena a una prisión proporcionar cirugía de reasignación de sexo como el tratamiento médico necesario para un recluso transexual”, dijo Ben Klein, abogado de los Partidarios y Defensores Gay y Lésbicos.
Pero según los documentos de la corte, esta decisión no era un caso nuevo para ella. El caso de Kosilek data de hace dos décadas, cuando fue encarcelada por primera vez.
De acuerdo con Francis Cohen, consejera principal de la demanda inicial de Kosilek, ella no recibió ningún tratamiento para su trastorno desde 1992 hasta 2002, aunque repetidamente pedía ayuda a la prisión.
Fue hasta 1999, cuando Kosilek presentó por primera vez la demanda, que la corte reconoció sus necesidades médicas.
En 2002, la corte encontró que el Departamento de Correccionales se había negado a proporcionar a Kosilek el tratamiento médico apropiado que necesitaba como había sido prescrito por los médicos del Departamento.
En ese fallo, la corte encontró que la negativa del Departamento estaba “enraizada en preocupaciones sinceras de seguridad, y también en miedo a las críticas públicas y políticas”.
Ese año, Kosilek comenzó a recibir tratamientos médicos necesarios en forma de psicoterapia y tratamientos hormonales.
“Es muy común que la negación de tratamientos médicos importantes esté basada en un prejuicio en contra de las personas transgénero, en lugar de en la ciencia”, dijo Klein.
Un recluso transgénero es 13 veces más propenso a ser abusado sexualmente que los reclusos promedio, añadiendo estas preocupaciones de seguridad a las médicas, según un estudio de 2009 de reclusos publicado por la Universidad de California Irvine, en Estados Unidos.
“[Kosilek] está muy emocionada y muy, muy complacida. Está muy contenta de que la corte haya reconocido su necesidad de esta cirugía”, dijo Cohen de su cliente.
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, en Estados Unidos, con todas las operaciones, terapia, inyecciones de hormonas y electrólisis, el costo de la cirugía de reasignación de sexo puede variar desde 30.000 hasta 80.000 dólares.
El senador estadounidense, Scott Brown, que representa a Massachusetts, dijo este martes en un comunicado que la decisión de la corte es “un abuso escandaloso de dólares de los contribuyentes... espero que el sentido común prevalezca y que la decisión sea revocada”.
La decisión de la corte dejó en manos del Departamento de Corrección decidir dónde será encarcelada Kosilek después de la cirugía.