MADRID, 25 octubre 2012 (ABC).- Beber, conducir, votar y fumar. Cuatro actividades habituales que en España solo las puede desarrollar un ciudadano que haya cumplido 18 años. En cambio, la legislación estatal es mucho más laxa a la hora de fijar una edad mínima para mantener relaciones sexuales consentidas. Con 13 años, España es el país europeo con la edad mínima más baja de Europa. Solo Vaticano, con 12 años y porque no se ha modificado un antiguo código legislativo italiano del siglo XIX, tiene todavía el listón más bajo.
 |
| Portada de Quien, con una joven de 14 años |
Sin embargo, esta edad mínima puede tener los días contados. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad prepara un plan integral para la infancia y la adolescencia en el que se estudia aumentar la edad mínima de consentimiento. Una reclamación que ya solicitó Naciones Unidas hace cinco años al Gobierno socialista. Entonces, la ONU recomendó los 15 años como edad orientativa, y en esa franja se mueven casi todos los países europeos. Albania, Alemania, Austria, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Hungría, Italia y Portugal mantienen la edad en 14 años.
En el caso alemán, si un adulto mantiene una relación con una joven, él no puede tener más de 21 años. Siguen la edad marcada por Naciones Unidas la República Checa, Dinamarca, Francia, Grecia, Islandia, Polonia, Rumana, Eslovenia, Eslovaquia y Suecia; mientras que Andorra, Países Bajos o Rusia, entre otros, la sitúan en 16. En cambio, los que tienen la edad más alta para mantener relaciones sexuales consentidas son Chipre, Irlanda (ambos con 17), Malta y Turquía, con 18.
El departamento de Ana Mato aseguró ayer que los sucesos en Albacete no han alterado los planes de Sanidad. «Se está estudiando subir o mantener la edad desde mayo», argumentaron fuentes ministeriales, que precisaron que el plan para la infancia estará listo para finales de año. Tendrá una duración de tres años y sus objetivos son «mejorar la protección de los menores» a todos los niveles y buscar también medidas de protección de la familia y el bienestar infantil.
Matrimonio
Además del consentimiento para mantener relaciones sexuales, España también tiene el dudoso honro de tener la edad más baja para contraer matrimonio, que es de 14 años. Sanidad sopesa llevar la iniciativa en el cambio legislativo del artículo 48 del Código Civil para subir esta edad dentro del paquete de medidas de su plan para menores y adolescentes.
En este sentido, fuentes del Ministerio de Justicia indicaron que no contemplan «ningún cambio» y que dejan una posible reforma en manos del departamento de Mato. No obstante, subrayaron como posibilidad que los partidos políticos pueden introducir enmiendas a la reforma del Código Penal y parte del Civil que presentó el ministerio.
A pesar de la permisividad, el matrimonio con menores es una excepción en España. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2010 se casaron 126 menores: 12 chicos y 114 chicas. Por edades, solo un asturiano era menor de 15 años; dos chicas tenían 15 años, 28 jóvenes eran de 16 años; y el gran bloque se produce con 17 años: diez hombres y 85 mujeres se casaron. Por procedencia, 29 de los jóvenes eran de Andalucía, 17 de Ceuta y 12 de Cataluña; en cambio, ningún cántabro o riojano menor se casó.
En el resto de Europa, la edad para casarse se sitúa en los 18 años. Algunos países permiten casarse con 15 o 16, aunque con permiso paterno u orden judicial. En el caso español, también es necesaria una autorización judicial para los menores de 16 años. En este apartado legislativo, también España ha recibido una regañina de la ONU. Considera que la edad para con-traer matrimonio se debe situar en los 18 años, sobre todo en el caso de las mujeres.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Niña el pasado 11 de octubre, recordó que 20 millones de chicas entre 20 y 24 años se casaron cuando tenían menos de 18; y que al año, unos diez millones de niñas menores se casan. En el sur de Asia, el 46% de las mujeres que se casan son menores de 18 años; en África subsahariana, el 38%; en América Latina, el 29%; en Medio Oriente y el norte de África, el 18%.
