CIUDAD DEL VATICANO, 13 marzo 2013 (Excelsior).— Jorge Mario Bergoglio, cardenal arzobispo de Buenos Aires, Argentina, bajo el nombre de Francisco, es el primer Papa latinoamericano que tiene la Iglesia católica en más de dos mil años de historia.
A las 19:06 horas de Roma, el humo blanco que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, seguido de un repicar de campanas, anunció la elección del Pontífice 266 que tiene el catolicismo, provocando aplausos y gritos de júbilo como “¡Viva el Papa!” en las decenas de miles de fieles que durante horas soportaron el frío y la lluvia en la Plaza de San Pedro.
Una hora diez minutos después de la emisión del humo blanco, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, en su calidad de protodiácono del cónclave, salió al balcón principal de la Basílica y pronunció “Habemus Papam”, para posteriormente presentar a Francisco como el sucesor de Benedicto XVI, quien ahora es el Papa emérito desde el pasado 28 de febrero, cuando se hizo efectiva su renuncia al pontificado.
Jorge Mario Bergoglio, quien también es el primer Papa jesuita y el primer Pontífice no europeo en casi mil 300 años, nació el 17 de diciembre de 1936, es hijo de un trabajador ferrocarrilero de origen italiano.
Francisco fue electo en el segundo día del cónclave convocado para escoger al sucesor del alemán Joseph Ratzinger.
En su primera aparición pública como Papa, Bergoglio agradeció en italiano el recibimiento de miles de fieles.
“Parece que los hermanos cardenales fueron casi al fin del mundo para buscarme”, dijo quien antes de dar la bendición a los fieles, pidió a los presentes elevar una oración por él: “Hagamos en silencio esta oración de ustedes hacia mí”.
El nuevo líder de más de mil 200 millones de católicos en el mundo es conocido por tener escasas apariciones públicas, por sus discursos cargados de palabras duras para los políticos y los ciudadanos, señalando la pobreza masiva y la desigualdad social en Argentina, así como por su modesto modo de vida y por ser usuario del transporte público.
El papa Francisco está afiliado al equipo de futbol argentino San Lorenzo de Almagro, en su cuenta de Twitter @SanLorenzo, el club publicó la credencial de afiliado de Jorge Mario Bergoglio.
En el cónclave de 2005, fue considerado uno de los favoritos, aunque finalmente se impuso Benedicto XVI, a quien ahora sucede y ayer dedicó una plegaria.
Primer papa Francisco
Con la elección de Jorge Mario Bergoglio como Sumo Pontífice, por primera vez un jesuita ocupa la silla de Pedro, por primera vez se elige el nombre de Francisco, por primera vez se elige a un Papa latinoamericano y por primera, desde hace mil 300 años, se elige a un Papa fuera del continente europeo.
Además, y por si fuera poco, por primera vez en la historia dos papas, uno electo y otro emérito, convivirán en los muros del Vaticano, pues Bergoglio llega no por la muerte de un pontífice, sino por la renuncia de Benedicto XVI, quien alegó falta de fuerzas para continuar con su misión. Esto apenas el 11 de febrero pasado, es decir, hace 31 días.
Ayer, a las 19:06, hora de Roma, se despejaron todas las dudas sobre si seguiría la Sede Vacante cuando el humo blanco salió de la chimenea y se supo que los 115 cardenales ya habían elegido al Pontífice número 266 de la Iglesia católica, aunque a esa hora todavía no se sabía el nombre del elegido.
Una gran fiesta explotó en ese momento en la Plaza de San Pedro, que todo el día estuvo repleta de periodistas y fieles de todo el mundo a pesar de que la lluvia nunca se detuvo.
Los gritos, las porras, los cantos y hasta el Himno Nacional Italiano (Hermanos de Italia) se hicieron presentes durante la hora que pasó desde el humo blanco hasta que, en punto de las 20:06, se encendieron las luces del balcón y seis minutos más tarde, un nervioso protodiácono salió al balcón para decir la famosa frase: “Habemus Papam”, junto con el nombre del elegido que, hasta ese momento, había sido un misterio.
Jean-Louis Tauran, visiblemente emocionado y con la voz que le temblaba dijo primero en latín “Giogius Marius”, para pronunciar después el inconfundible apellido del arzobispo de Buenos Aires: ¡Bergoglio!, para inmediatamente decir el nombre que llevará durante todo su pontificado: Francisco.
De nuevo comenzaron los gritos en la plaza y las banderas de todos los países comenzaron a agitarse por unos minutos cuando Su Santidad Jorge Mario Bergoglio salió vestido de blanco al balcón.
Hablando en perfecto italiano, el papa Francisco, sonriente y brillante, dio las buenas noches y agradeció el recibimiento: “Buenas noches... parece que los hermanos cardenales fueron casi al fin del mundo a buscarme. Les agradezco este recibimiento para su obispo. Gracias y, antes que nada, quiero hacer una oración para nuestro papa emérito Benedicto XVI, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo cuide”, dijo el nuevo Pontífice.
Posteriormente dio un mensaje de unidad al decir que este nuevo camino lo iban a realizar todos.
“Comenzamos este camino de la Iglesia entre obispo y pueblo, el camino de la caridad de todas las iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros. Pidamos siempre por nosotros: los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad. Les deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad, tan bella.
Y antes de dar la bendición, pidió a los presentes elevar una oración por él y por su nueva tarea: “Primero les pido un favor, que ustedes recen por su obispo y hagamos en silencio esta oración de ustedes hacia mí”.
Así rezó junto con toda la plaza el Padre Nuestro y el Ave María para después dar la bendición y anunciar que hoy estará rezando en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma.
A las 21:00 horas, la Plaza de San Pedro comenzó a vaciarse con un sentimiento de esperanza.“¿Un franciscano? Es justo lo que le hace falta a esta Iglesia, un verdadero pastor que vea por los más necesitados, yo creo que la elección del nombre tiene mucho qué ver con los sentimientos del nuevo Papa”, señaló la monja María Sorce.
Bergoglio, de quien se sabe, siempre ha estado reacio a aceptar roles en la Curia, que vive en un modesto departamento, que usa los medios públicos para trasladarse, que cuando se ordenó cardenal en 2001 obligó a sus compatriotas que habían organizado una recolecta de fondos para acompañarlo en Roma a quedarse en Argentina y donar ese dinero a los pobres, abre sin duda una nueva etapa para la Iglesia, que en los últimos años ha destacado más por sus escándalos.
“¿Quién lo iba a decir? Hace ocho años pidió a otros cardenales no apoyarlo porque no se sentía preparado, y entonces la mayoría se inclinó hacia Joseph Ratzinger. Hoy Su Santidad Bergoglio, así tímido y esquivo como es, tendrá la gran tarea de rescatar a esta Iglesia en crisis”, dijo Paolo Vinciguerra, un seminarista jesuita que ayer no cabía de la alegría.
Francisco a secas, aclara Lombardi
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, aclaró ayer que el nuevo Papa se llamará simplemente Francisco y no Francisco I.
Durante su presentación ante el mundo, el cardenal Bergoglio fue presentado sólo como Francisco, a diferencia de lo ocurrido al final del cónclave de 1978, cuando Albino Luciani decidió nombrarse Juan Pablo I.
De acuerdo con Lombardi, Juan Pablo I tomó ese nombre en honor a sus dos predecesores, Juan XXIII y Pablo VI.
En la actualidad no es necesario agregar el número ordinal “primero”. Este Papa será llamado eventualmente un día Francisco I si uno de sus sucesores decidiera rendirle homenaje tomando su nombre y llamándose a sí mismo Francisco II.
Telefonea a Benedicto XVI
Por otra parte, Federico Lombardi informó que el papa Francisco habló por teléfono con el pontífice emérito Benedicto XVI, a quien pronto visitará en la residencia de descanso en Castel Gandolfo.
Lombardi agregó que el Papa celebrará una misa con los cardenales hoy por la tarde en la Capilla Sixtina. El viernes recibirá a todos los purpurados en la Sala Clementina del Vaticano y el sábado recibirá a la prensa internacional.
El domingo pronunciará la oración del Angelus desde la ventana de su estudio personal, ante miles de personas.
La misa de inauguración del pontificado tendrá lugar el martes 19 de marzo a las 09:30 horas en la Plaza de San Pedro.
Socio del Club San Lorenzo
Jorge Mario Bergoglio fue Cuervo desde niño, cuando acompañaba a su padre a jugar baloncesto en las instalaciones de San Lorenzo de Almagro. Sin embargo, ambos fueron seducidos por el futbol que se jugaba en los años 40, cuando brillaban en ese equipo Farro, Pontoni y Martino. El niño acudía al estadio Viejo Gasómetro para acompañar a su padre.
El joven Bergoglio se indentificaría más tarde con el equipo por su propia historia: un equipo que nace en el barrio porteño de Almagro, cuyos jóvenes juegan en las calles y reciben el permiso del padre Lorenzo Massa para correr tras la pelota dentro del Oratorio de San Antonio. Los chicos eran comandados por un joven llamado Federico Monti y se autodenominaban Los Forzosos de Almagro.
Era 1908 y el padre Lorenzo no imaginaba que aquello sería el inicio del equipo San Lorenzo de Almagro de la Pimera División de Argentina –uno de los cinco grandes–, cuyo nombre fue en agradecimiento por su apoyo. Y lo de Cuervos es debido a que al cura así se le apodaba debido a lo negro de la sotana.
Ayer, en la cuenta Twitter del equipo (@SanLorenzo) apareció el siguiente mensaje, apenas se supo que el nuevo Papa era el argentino Jorge Mario Bergoglio: “Es un orgullo para la institución saber que el primer Papa sudamericano es socio de #SanLorenzo”, acompañando dicho mensaje con una foto del carnet de Francisco con el número 88235N-0, cuyas últimas cuatro cifras fueron el número ganador ayer de la Quiniela Nacional.
El padre Lorenzo Massa eligió los colores azul y rojo al inspirarse en el manto de la Virgen María Auxiliadora. Cuando fue arzobispo de Buenos Aires mostraba su consternación cada vez que se producía un episodio violento en los estadios.
El papa Francisco también aparece en una foto levantando un banderín de San Lorenzo, justo cuando era cardenal de Buenos Aires. El club le entregó una placa conmemorativa por el centenario del equipo (2008). Aquella tarde, el religioso ofició una misa por dicha celebración.
“No importamos los colores de otro lado, se los pedimos a la Virgen. Nunca saquen a la Virgen María Auxiliadora del club, porque es su madre”, dijo Bergoglio, según el diario Olé.
Así como Juan Pablo II recibió el carnet número 108 mil como socio del Barcelona y Benedicto XVI fue el socio 100 mil del Bayern Múnich, el nuevo Papa reconoce ser Cuervo y socio número 88235N-0 del San Lorenzo.
Prefiere viajar en clase turista
Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa jesuita de la historia del catolicismo, es un sacerdote argentino de hábitos monacales que no duda en atacar al poder político, aunque paradójicamente su actuación en ese terreno le deparó el capítulo más amargo de su vida clerical.
Reservado, poco afecto a lo mediático, preocupado por la marginación social, el nuevo Papa llamado Francisco gobernaba con firmeza la arquidiócesis de Buenos Aires y proyecta un pontificado sin sorpresas en los desafíos que la sociedad moderna plantea a la Iglesia como la sexualidad, el divorcio, el aborto o la bioética.
Una de sus biógrafas, Francesca Ambrogetti, lo describe como una “personalidad absolutamente moderada. Es absolutamente capaz de hacer la necesaria renovación (en la Iglesia) sin saltos en el vacío”.
“Coincide con la necesidad de una Iglesia misionera. Que salga al encuentro de la gente, activa y no pasiva. Una Iglesia que no sea reguladora de la fe, sino promotora y facilitadora de la fe”, explicó.
De 76 años, es un hombre austero, de marcada espiritualidad y apegado a las tradiciones seculares del catolicismo. De aspecto hierático, habita un departamento pequeño –rechazó la residencia oficial del arzobispado, más confortable–, donde pasa los fines de semana en soledad.
“Sobriedad y austeridad es su estilo de vida. Viaja en subterráneo, en colectivo (autobús), los viajes a Roma los hace en clase turista”, describió Ambrogetti.
Suele guardar para sus escasas apariciones públicas discursos cargados de palabras duras tanto para los políticos como para la ciudadanía, señalando la pobreza, la marginación y la desigualdad social que vive Argentina.
Según medios de prensa internacionales, Bergoglio había sido uno de los cardenales más votados en el cónclave de 2005 que convirtió a Joseph Ratzinger en Benedicto XVI.
Es hijo de un hogar de clase media con cinco hijos, de padre ferrocarrilero y madre ama de casa, poco afecto a aceptar invitaciones privadas y poseedor de un “pensamiento táctico”, según los especialistas.
Los años negros de la dictadura
Llegó al sacerdocio casi una década después de perder un pulmón por una enfermedad respiratoria y de dejar sus estudios de química. Pero pese a su ingreso tardío, en menos de cuatro años llegó a liderar la congregación jesuita local, un cargo que ejerció de 1973 a 1979.
Su ascenso coincidió con uno de los periodos más oscuros deArgentina, lo que le deparó fuertes críticas: la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1982.
El cuestionamiento remite al secuestro de dos jesuitas detenidos clandestinamente por el gobierno de facto por hacer tareas sociales en barriadas de extrema pobreza. Según la acusación, Bergoglio les retiró la protección de su orden religiosa. Ambos párrocos sobrevivieron a un encierro de cinco meses.
El señalamiento consta en el libro El silencio, del periodista Horacio Verbitsky, también presidente de la entidad privada defensora de los derechos humanos CELS. Se apoya en declaraciones de Orlando Yorio, uno de los jesuitas secuestrados, antes de fallecer por causas naturales en 2000.
“La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar”, señaló tiempo atrás el sociólogo Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Los detractores de esa postura sostienen que no está probada y que, por el contrario, Bergoglio ayudó a muchos a escapar delas fuerzas armadas durante los años de plomo.
En el Vaticano, lejos de la mancha ignominiosa de la dictadura que aún sobrevuela sobre muchos de los que tuvieron actividad pública en esa etapa de Argentina, se espera que este hombre silencioso conduzca la estructura de la Iglesia con mano férrea y con una marcada preocupación social.
Los políticos argentinos fueron varias veces blanco de la retórica filosa del sacerdote, que los ha acusado de no combatir la pobreza y querer enquistarse en el poder.
En 2010 también se enfrentó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández cuando impulsó una ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios”, escribió Bergoglio en una carta días antes de que el proyecto fuera aprobado por el Congreso.