sábado, 23 de agosto de 2008

Australia sacrifica a Colín, una pequeña ballena huérfana

Continuación de la notas: Colín, la cría de ballena abandonada por su madre será sacrificada, publicada el 21 de agosto y Adopta ballenato un yate como su madre, publicada el 18 de agosto

SÍDNEY, 22 agosto 2008 (Reuters) - Una ballena que conmovió al mundo al intentar mamar de un yate en la bahía de Sídney pensando que era su madre perdida recibió el viernes una dosis letal de anestesia para evitarle más sufrimiento.

Los aborígenes que susurran a las ballenas y los afligidos manifestantes no fueron capaces de salvar al malogrado cetáceo, abandonado por su madre, que fue bautizado como "Colin", aunque más tarde se descubrió que era hembra.

Después de seis días intentando que la ballena jorobada volviera a alta mar para reunirse con otros migrantes de su especie, los científicos pensaron que sería mas compasivo acabar con la vida del cetáceo.

El mamífero marino, encontrado intentando mamar de un yate en la bahía de Pittwater, fue sometido a pruebas el jueves y se descubrió que el animal, de dos toneladas de peso, estaba en malas condiciones de salud y que le quedaban pocas horas de vida ya que sufría de problemas respiratorios y había sido mordido por un tiburón.

"Todo el mundo está muy conmovido con este animal y esta decisión es muy emotiva. He tomado la decisión de que no quiero prolongar la agonía de este animal"
Encargada de los parques nacionales, Sally Barnes


La lucha del cetáceo por sobrevivir cautivó a los australianos, que se oponen firmemente a la "caza científica" de estos animales que lleva a cabo Japón, y que viajan en masa para avistar a estos gigantes marinos durante su migración anual antártica y su periodo de reproducción, que realizan en aguas del país austral.

Un puñado de indignados defensores de los animales, que organizaron una vigilia en Sídney, afirmaron que la muerte del pequeño mamífero era semejante a la caza anual llevada a cabo por Japón en los límites territoriales del país oceánico.

"Fue absolutamente repugnante. La han remolcado detrás del bote, en una escena que recuerda lo que hemos visto que hacen los cazadores japoneses. Estaba claramente todavía con vida, se movía"
Cap. Alexander Littingham, Devine Marine Group


Littingham y otros activistas intentaron parar la eutanasia a la que fue sometido el animal con un recurso ante el Tribunal Supremo del país pero fueron demasiado lentos para salvar a Colin. Algunos manifestantes llamaron "asesinos" a los veterinarios y científicos que avanzaban resguardados por la policía.