domingo, 3 de agosto de 2008

Gimnasia aeróbica a ritmo de gospel y alabando a Dios

WASHINGTON, 2 agosto 2008 (AFP).- Los músculos abdominales queman, a medida que una docena de mujeres sube y baja lentamente sus piernas, pero el dolor se soporta mejor mientras éstas le rezan a Dios en un salón de una iglesia cerca de Washington, al son de una melodía Gospel que alaba al Señor.

"Casi terminamos, den gracias a Dios", grita la instructora de aeróbicos gospel Melanie Kelly sobre la música a este grupo de mujeres afroestadounidenses que lucha por controlar el temblor de sus piernas, que suben y bajan por enésima vez.

Estos aeróbicos gospel fusionan la espiritualidad con el deporte, la adoración con los aductores, las alabanzas con las flexiones.

"Los aeróbicos gospel son donde venimos juntos y nos ejercitamos para presentar nuestros cuerpos como templos para Dios", explicó Dawn Harvey, pastora de la iglesia y fundadora de Embrace your Greatness, que busca darle más poder a las mujeres.

"Nuestros cuerpos albergan al Espíritu Santo por lo que queremos cuidar mucho nuestros templos para poder vivir vidas largas, prósperas y saludables", añadió, citando la primera carta de San Pablo a los Corintios.

Kelly conduce la clase semanal de aeróbicos en esta iglesia en las afueras de Washington desde abril, cuando dice que actuó tras una visión celestial.

"Un día estaba en mi sótano bailando y ejercitándome al mismo tiempo y Dios me mostró la visión de hacer aeróbicos gospel", relató Kelly, que trabaja como analista de sistemas y es los fines de semana bailarina de alabanza, alguien que transmite la palabra de Dios a través de la danza y el movimiento.

"Despréndanse del demonio", exhorta Kelly a las mujeres mientras éstas mueven y sacuden los brazos.

"Levántenlo más, más alto", brama la instructora, mientras la música canta "Mi Dios es un Dios formidable" y el grupo comienza a hacer flexiones.

"Cuando nos esforzamos, con música que llena el espíritu y no solo movemos el cuerpo, ayuda", estimó Harvey, que bajó una talla desde que comenzó con las clases de una hora.

"Se siente y duele... pero logramos superarlo", relató Mary Grice, trabajadora en una oficina de correos.

"Es gimnasia aeróbica, pero hacerlo para el Señor lo hace más fácil y nos da ese impulso extra", estimó Kindra Owens.

Patrina contó que perdió 8,5 kilos desde que se sumó a la clase en mayo.

"Era socia de un gimnasio antes, pero no iba", dijo a AFP. "Cuando vas a gimnasia pueden estar sonando Britney Spears o algo así y no quiero escuchar a Britney Spears", explicó limpiando el sudor de su frente.

Pero no va a gimnasia en la iglesia solo debido a la música.

"Aquí recibes tanto apoyo... La gente espera ver tu rostro todas las semanas. Sabes que estas personas están rezando por ti y están de tu lado", indicó.

Y a diferencia de la gimnasia local -que una de las mujeres describió como un "mercado de carne" donde hombres escasamente vestidos se comen con los ojos a mujeres escasamente vestidas- las clases de aeróbicos gospel son en un entorno donde el único que mira es el instructor... y Dios, por supuesto.

"Está mirándonos ahora. Está siempre con nosotros", dice Harvey mientras la música sube de tono y las mujeres aprietan los dientes y cambian de ejercicio, esta vez para moldear sus glúteos... con la ayuda divina.