VARSOVIA, 4 agosto 2008 (AFP) .- Apodado el apóstol del Kama Sutra católico, el padre Ksawery Knotz, un capuchino polaco que da a las parejas casadas consejos sobre cómo practicar el sexo, afirma simplemente que trabaja para Dios.
"Claro que animo a las parejas casadas a rezar para que tengan una buena y feliz vida sexual. Para ellos, es un medio de acercarse a Dios", declara a AFP este monje de 43 años.
"La gente está un poco sorprendida al principio, pero agradablemente sorprendida", precisa Knotz, que hizo como monje un voto de castidad.
El religioso ha realizado hasta ahora sesiones con más de 3.000 parejas de fieles católicos en Polonia desde el 2000, con una bendición tácita de sus superiores. Su iniciativa es tan popular que su agenda está llena hasta el año que viene.
"Si crees en Dios, crees que Dios está presente en la vida, en el amor, en el matrimonio y en la sexualidad. Parece natural hablar de sexo, y suprimir algunos tabúes y etiquetas del pecado", declara el monje, que vive en el monasterio de los capuchinos en Stalowa Wola, en el sur de Polonia.
Autor de un libro titulado El acto del matrimonio, el padre Knotz publica desde 2004 un sitio en internet la suerte del encuentro en dos versiones, polaca e inglesa.
El monje admite que la educación tradicional de la Iglesia Católica sobre el sexo presenta debilidades, pero rápidamente precisa que sus consejos sexuales están reservados para parejas casadas entre un hombre y una mujer.
En el capítulo "la teología del orgasmo", el capuchino compara el momento supremo del acto sexual con el encuentro con Dios en el cielo.
El amor de una pareja casada, expresado en el sexo, acerca el cuerpo humano al cielo. El éxtasis de una relación sexual puede compararse a la alegría de la vida eterna. Por eso este acto conyugal permite a los esposos empezar a entender la dulzura del encuentro con Dios
Padre Knotz.
El religioso insiste en una "buena y abierta comunicación entre los esposos", necesaria para alcanzar los orgasmos celestiales, y alenta a los maridos para que tomen su tiempo para "satisfacer plenamente" a sus mujeres.
A sus detractores, que lo acusan de falta de experiencia personal, el padre Knotz replica: "No necesitáis padecer una enfermedad del corazón para ser cardiólogo, ni ser alcohólico para convertirse en terapeuta".
El monje explica que encontró su inspiración en la apertura de miras de su familia y en la enseñanza del papa Juan Pablo II, que trató por primera vez el tema de la sexualidad en un folleto publicado en Polonia en 1960 bajo el título 'Amor y responsabilidad'.
Kasia y Jan Paluszewski, fervientes católicos casados desde hace 18 años y padres de tres niños, de 16, 13, y 3 años, afirman que los consejos del padre Knotz "reforzaron" y "aclararon" su vida sexual y su espiritualidad. "Escucha realmente a las parejas y por eso nos entiende bien", declara a AFP Jan Paluszewski, un informático de 46 años.