HUNGRÍA, 3 septiembre 2008 (BBC).- Si de pronto se da cuenta de lo parecida que es su esposa a su mamá, no se preocupe porque usted no es el único. Las mujeres tienden a buscar hombres con nariz y ojos similares a los de sus padres y los hombres buscan mujeres con una estructura facial similar a la de sus madres.
Una nueva investigación llevada a cabo en Hungría apoya la teoría, presentada en estudios pasados, sobre este fenómeno que los psicólogos llaman "impronta sexual".
Los estudios habían demostrado que las mujeres usan la estructura facial de su padre como "patrón" cuando se trata de elegir una pareja, incluso cuando son adoptadas. Esto, dice el estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B (Actas de la Sociedad Real B), demuestra que la impronta sexual está regida por la experiencia y no simplemente por los genes.
El nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de Pécs analizó los rasgos faciales de 67 parejas de jóvenes que mantenían una relación larga. Nuestros resultados apoyan la hipótesis de la impronta sexual, que sostiene que los niños forman un patrón mental de su progenitor del sexo opuesto y buscan a una pareja que se parezca a esta percepción
También estudiaron los rostros de cada uno de sus padres, midiendo proporciones faciales como la relación entre el largo y ancho de la cara, entre la longitud de la nariz y lo largo de la cara, y el ancho y largo de la boca. Basados en esos números, los investigadores descubrieron que, en general, la cara del novio de una mujer era más similar a la cara de su padre que a las caras de otros hombres que participaron en el estudio.
Y la relación, dicen los autores, fue mucho más marcada en las medidas del centro de la cara, las referentes a la nariz y los ojos.
Los hombres también tenían novias cuyas estructuras faciales eran más parecidas a las de sus madres que a las de otras mujeres en el estudio. Pero en este grupo los hombres al parecer tienden a enfocarse en la parte inferior de la cara, es decir, la quijada y los labios de sus novias son similares a los de sus madres.
"Nuestros resultados apoyan la hipótesis de la impronta sexual, que sostiene que los niños forman un patrón mental de su progenitor del sexo opuesto y buscan a una pareja que se parezca a esta percepción"Se podría pensar que es la familiaridad la que nos hace sentirnos atraídos a un hombre o mujer parecidos a nuestro padre o madre. Pero los científicos niegan que éste sea un factor porque si fuera así el ser humano más bien buscaría en su pareja un patrón de estructura facial similar al de su progenitor del mismo sexo.
Dr. Tamas Berezckei
La impronta sexual ya ha sido demostrada en estudios llevados a cabo con animales. En éstos se ha demostrado que la exposición al macho o hembra adulto predispone al animal joven a aparearse con un ejemplar que se parezca a sus padres.
Los expertos creen que ésta podría ser la forma como la evolución mantiene la adaptación al medio ambiente local. Si nos apareamos con alguien demasiado distinto a nosotros o a nuestros padres, agregan, podríamos poner en riego esa forma de adaptación.