JERUSALEN, 12 abril 2009 (EFE).- Los miles de peregrinos que el viernes creyeron emular en Jerusalén el camino de Jesús hacia la crucifixión, "Vía Crucis", debían haber empezado en realidad su recorrido en un aparcamiento cerca del Muro de las Lamentaciones, según un arqueólogo israelí.
El "Vía Crucis", formado por catorce estaciones, comienza en una escuela musulmana donde se sitúa la destruida Fortaleza Antonia, en la Vía Dolorosa, y concluye en el Santo Sepulcro, todo ello en la antigua ciudadela amurallada de Jerusalén.
En su libro "The Final Days of Jesus" (Los últimos días de Jesús), del que da cuenta hoy el diario "Haaretz", el investigador israelí Simón Gibson defiende haber identificado el auténtico lugar donde Jesús fue juzgado y condenado a muerte, que debería ser la primera escala del "Vía Crucis".
Ese empedrado ("gabbaza", según el término arameo empleado en el Nuevo Testamento) donde los procuradores romanos efectuaban los juicios se encontraría en lo que ahora es un aparcamiento al aire libre al final del barrio armenio de la ciudad vieja, cerca del Muro de las Lamentaciones, cree Gibson, del Instituto Albright de Jerusalén.
De allí, según el estudioso, la verdadera Vía Dolorosa proseguiría hacia el Gólgota, donde se alza en la actualidad el Santo Sepulcro, lugar de la muerte y posterior resurrección de Jesucristo, que se conmemora hoy.
El arqueólogo defiende que el error sobre la verdadera ubicación de la Vía Dolorosa proviene de la presencia cruzada en la ciudad (1099-1173), que supuso la masacre de numerosos musulmanes, judíos y cristianos ortodoxos, lo que borró tradiciones centenarias.
Entonces se construyó una capilla en el lugar en el presente identificado con la Fortaleza Antonia, pero Gibson asegura que las excavaciones en el lugar muestran que el edificio que allí había en la época romana era demasiado pequeño como para haber albergado el palacio de los procuradores romanos que juzgaron a Jesús.
Por su parte, un destacado arqueólogo que participó en las excavaciones del túnel del Muro de las Lamentaciones, Meir Ben-Dov, ha calificado la teoría de Gibson de "completo sinsentido".
Ben-Dov recuerda que el historiador Josefo Flavio "cita como mil testigos que decían que la Fortaleza Antonia estaba situada en una esquina del Monte del Templo y no en otro lugar", por lo que la ruta actual sería la correcta.