WASHINGTON, 12 junio 2009 (EFE).- El ex presidente de Estados Unidos George H. W. Bush (1989-1993) celebró hoy su 85 cumpleaños con una peculiar tradición que repite cada lustro: un salto en paracaídas.
Instalado en un asiento, el ex presidente permaneció inmóvil durante el salto, en el que lo acompañó un miembro del equipo paracaidista de la División Dorada del ejército.
El salto, que tuvo lugar en la localidad de Kennebunkport, en Maine, donde Bush padre tiene su residencia de verano, estuvo a punto de ser aplazado hasta el sábado por las previsiones de lluvia en la zona.
Finalmente, el día se aclaró y el ex presidente pudo disfrutar de su afición bajo la atenta mirada de sus hijos, Jeb Bush y el ex presidente George W. Bush.
"Es muy emocionante", afirmó Bush padre tras el salto. "Mi ayudante ha hecho todo el trabajo, pero aún así he sentido que volaba muy alto", dijo a los medios locales.
Aunque su edad le impide jugar al golf, Bush sigue abogando por un estilo de vida activo en la vejez, y espera que su salto recuerde a sus contemporáneos que "no porque seas un anciano tienes que quedarte babeando en un rincón".
El ex presidente, que también conmemoró sus 75 y 80 cumpleaños con saltos a dúo, aseguró que la tradición continuará en su 90 aniversario.
La arriesgada celebración del cumpleaños de Bush contrasta con la más tradicional de su mujer, Barbara Bush, que pasó su 84 aniversario el lunes leyendo a niños internos en la unidad del hospital de Portland que lleva su nombre.
El primer salto en paracaídas de Bush fue forzado, cuando un misil alcanzó el avión de la Marina que pilotaba durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1997, el ex presidente decidió repetir la experiencia por propia voluntad. Desde entonces, ha protagonizado varios saltos, el último de ellos en 2007, en la reapertura de su biblioteca presidencial en la Universidad de Texas.