martes, 11 de mayo de 2010

La OTAN invade por un día la Plaza Roja

Tropas de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia desfilan por primera vez en la Plaza Roja de Moscú en el 65.º aniversario del final de la II Guerra Mundial

MOSCÚ, 10 mayo 2010 (Agencias / EG).- El mundo ha cambiado, es cierto, pero algunos de los veteranos de guerra rusos, ya octogenarios en el mejor de los casos, nunca soñaron lo que ayer pudieron contemplar en la Plaza Roja. Tropas estadounidenses, británicas y de otros países de la OTAN paseándose por Moscú al son de la música marcial.

Rusia conmemoró el 65.º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi con la tradicional parada militar en la Plaza Roja, pero la presencia de tropa «enemiga» dio nuevos aires a la ceremonia. No muy lejos de allí los ortodoxos se manifestaban contra la presencia de unidades occidentales. Faltaron las españolas, pero como no somos una gran potencia militar nadie nos echó en falta.

En su discurso desde la tribuna, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, destacó la presencia de esas tropas de más acá del difunto telón de acero, «un testimonio de nuestra voluntad común de defender la paz», dijo el jefe del Kremlin.

«Sólo juntos podemos hacer frente a las amenazas actuales, sólo sobre la base de la buena vecindad podemos solucionar los problemas de seguridad global, para que los ideales de la justicia y el bien triunfen en todo el mundo, y la vida de las futuras generaciones sea libre y feliz», afirmó. Junto a él, la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente israelí, Simon Peres, y el dirigente chino, Hu Jintao. No es de extrañar que algún ciudadano nostálgico se lo tomara a la tremenda.

En el desfile militar los miles de espectadores -muchos millones en Rusia a través de la televisión- comprobaron que los viejos tanques «T-34», de tiempos de la contienda mundial (1939-1945), todavía son capaces de circular. Después, Rusia se dio el lujo de mostrar al mundo lo que tiene más a mano y más nuevo, como las plataformas móviles con misiles balísticos intercontinentales «Topol-M», el arma más temible del arsenal ruso.

Las tropas occidentales desfilaron en la Plaza Roja comandadas por los Estados Unidos, y tras ellas, las del Reino Unido y Francia, a los sones de la «Oda a la alegría», de Beethoven, himno oficial, además, de la Unión Europea. En total participaron unos 11.500 soldados y se homenajeó a 3.000 veteranos de guerra procedentes de 24 países.

Tras el desfile, el presidente ruso y sus invitados extranjeros se dirigieron a pie a los Jardines de Alejandro, junto a las murallas del Kremlin, donde guardaron un minuto de silencio y depositaron una ofrenda floral ante la tumba del «Soldado desconocido».