JOHANNESBURGO, 11 junio 2010 (AFP).— El capitán serbio Dejan Stankovic logrará en el Mundial-2010 un récord insólito, pues se apresta a jugar en Sudáfrica su tercer ecuménico con una tercera camiseta nacional, tras haber disputado Francia-1998 para Yugoslavia y Alemania-2006 para Serbia y Montenegro.
Ese récord lo concretará el domingo cuando enfrente a Ghana en Pretoria, por la primera jornada del grupo D, que completan Alemania y Australia.
Particularidades del destino geopolítico de la región en que nació el 'Dragón', el centrocampista del Inter de Milán primero descolló con la camiseta azulada yugoslava, alcanzando los octavos de final.
Luego, el desmembramiento del país hizo que su revancha mundialista fuera liderando al once serbomontenegrino en tierra germana, donde se despidió en primera ronda con fracaso total.
Sin embargo, la separación de Montenegro, pocos meses antes del inicio del Mundial germano, hizo que Serbia encarara las eliminatorias 2010 de manera independiente.
Su clasificación delante de Francia en el grupo 7 dejó al ?Dragón? Stankovic con un récord insólito, superando el de su espejo de pequeño, Robert Prosinecki, y de Robert Jarni, que jugaron en 1990 con Yugoslavia y en 1998 con Croacia.
"Los equipos menos fuertes no dejan de progresar, y las distancias se reducen", comenta Stankovic para explicar la fortaleza de su equipo.
Parecido a Dejan Stankovic es lo que hizo el genial Ladislao Kubala, aunque sin la grandeza de Copa del Mundo.
El ex mediapunta del Barcelona defendió la casaca de Hungría seis veces, pero luego se marchó a jugar al Bratislava de Checoslovaquia y lo terminaron tentando para que cambie de selección, usando la nacionalidad checoslovaca de su madre. Fue 11 veces internacional con este país.
Pero en 1950, ?Laszy? se ganó a los españoles con sus regates en el Barcelona y Kubala terminó calzándose la casaca de la Furia Roja, aunque nunca pudo disputar un Mundial, hecho que paradójicamente consumó como entrenador de España en Argentina-1978.
Con menos eco pero igual cantidad de camisetas fue la historia de Sergei Kiriakov, goleador que se hizo un nombre en la Bundesliga alemana en la década del noventa.
De pequeño, el ex Hamburgo se destacó en Dynamo Moscú y lo incluyeron en la Sub-21 que conquistó el título europeo con la casaca de la Unión Soviética, en 1990.
Su debut en la Absoluta fue recién con la camiseta de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), herencia de la ex URSS, para finalmente terminar con la selección de Rusia, aunque no disputó un Mundial.
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