POST MILLS, 11 julio 2010 (AP) — ¿Necesitará un dinosaurio de 7,62 metros (25 pies) de alto y 37 metros (122 pies) de largo un permiso para evitar su extinción?
Este es el insólito dilema al que se enfrenta el "Vermontosaurio", una extravagante escultura hecha por un hombre en Vermont con madera desechada.
Su constructor teme que se vea forzado a desmantelar la peculiar obra, que ahora enfrenta la oposición de sus vecinos y notificaciones regulatorias de entidades gubernamentales.
Esto es arte, no un edificio, alegó Brian Boland. "Me deberían dejar sólo. Esta es una pieza de arte", dijo él.
Boland, de 61 años, es un ex profesor, diseñador de globos aerostáticos y piloto que administra el aeropuerto de Post Mills, un campo de aviación de 21 hectáreas (52 acres).
El mes pasado, Boland decidió transformar un montón de tablas rotas de madera y otros desechos en las afueras de su propiedad en algo más. Boland dice que la idea era construir una escultura que pudiera ser un lugar de reunión de la comunidad, sin precio de admisión ni ningún componente comercial.
Usando el modelo de un dinosaurio como inspiración, llamó a voluntarios y se puso a trabajar. Cortó un pino grande en cuatro pedazos y usando un azadón los instaló a manera de base para las cuatro patas.
Durante nueve días y con la ayuda de decenas de voluntarios, la escultura comenzó a tomar forma.
"Es una pieza de arte interesante, pero personalmente no la encuentro del todo atractiva", dijo Mary Wilson, de 54 años, una vecina que desea que la escultura sea removida. En el afiche que Boland hizo circular para buscar voluntarios, "se veía bonita, pero cuando la miras, se ve como una obra de arte desordenada".
Dirk Koppers, de 40 años, quien vive al lado de Wilson, dice que le encanta. "Muestra creatividad", afirmó. "Ya no vas a lugares donde te puedas sorprender. Todo esta siempre muy controlado".
FOTOGRAFÍA: Brian Boland, de 61 años, posa con su "Vermontosauro" el viernes 9 de julio de 2010 en Thetford, Vermont. (Foto AP/Alden Pellett).