BUENOS AIRES, 8 sepTIEMBRE 2010 (EFE).- Unos 200 jóvenes hicieron hoy "pogo", es decir bailaron y saltaron al unísono, durante tres horas en el estadio argentino del River Plate para determinar si las vibraciones en el campo de juego permiten albergar populosos recitales de música.
El experimento, que consistió en pruebas de 3 minutos y se realizó en varios sectores del estadio Monumental de Buenos Aires, fue convocado por el Gobierno porteño y la empresa organizadora de conciertos T4F, que pagó 100 pesos (unos 25 dólares) a cada uno de los "pogueros" para que bailaran desenfrenados al ritmo de la música que mezclaba un DJ.
La prueba fue controlada por la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad para determinar si el estadio del River Plate puede seguir acogiendo conciertos ante las afectaciones que provocan las vibraciones en los edificios cercanos.Actualmente, el estadio, con una capacidad para unas 65.000 asientos, sólo está habilitado para realizar recitales sin público en el campo como resultado de las acciones judiciales presentadas por vecinos que denunciaron impactos y daños en los edificios de la zona.
"Ser 'poguero' es manifestar la emoción, el fanatismo por una banda mediante saltos y gritos", explicó a Efe Daiana, una de las muchachas que participó del experimento.
Los jóvenes -que lucían una camiseta amarilla con el nombre "Yo hice pogo en River"- saltaron una y otra vez sobre una colchoneta con amortiguadores, de unos 100 metros cuadrados, al son de la música de bandas como AC/DC o Los Redondos.
Los "pogueros" fueron asistidos por dos entrenadores que les indicaban cómo debían moverse mientras distintos técnicos capturaban la vibración de los movimientos.
"Se buscan jóvenes con experiencia en hacer 'pogo' en recitales de rock masivos", rezaba la solicitud para participar en la prueba, a la que optaron más de 2.000 personas que enviaron su particular currículum de bagaje musical.
Los movimientos del "pogo" -es decir las corridas, saltos y empujones en grupo- generan "una onda vibratoria similar a un sismo en dos kilómetros a la redonda", denunció a Efe Javier Miglino, de la entidad Defendamos Buenos Aires, que se opone a los conciertos en el estadio del River Plate.
Miglino consideró que la alcaldía de Buenos Aires impulsó el experimento de hoy por un "interés económico y no cultural", pues ya hay otros dos estadios habilitados para brindar conciertos en la ciudad.
Por su parte, el ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli, defendió la importancia de las pruebas, abogó por ampliar estos controles a todos los recintos abiertos que acogen conciertos y se mostró a favor de realizar mediciones de sonido en las viviendas del entorno.
Los resultados del experimento, que estarían listos en 15 días, determinarán si el estadio puede seguir acogiendo conciertos en su totalidad, sólo en la parte de asientos o si queda directamente inhabilitado.
Foto: Estadio River Plate