BERLÍN, 13 diciembre 2010 (El Mundo).- Helmut Seifert, un alemán de 47 años, enfureció brutalmente cuando descubrió a su hija de 17 años teniendo relaciones con Phillip Genscher, su novio de 57. Abordó al hombre junto a otros dos compañeros de trabajo y le castró.
La historia, de la que se hacen eco varios medios como The Thelegraph, es como sigue. Primero, Helmut Seifert avisó a los policías del pueblo de Bielefeld en el que vive pero, ante la negativa de los agentes de actuar, el padre acudió a unos amigos para pedirles un favor.
"El hombre avisó a dos compañeros de trabajo y fueron a la casa de la víctima", afirmó la policía. "Obligaron a Phillip Genscher a quitarse los pantalones y lo castraron, le arrancaron los testículos", informa la policía.
El hombre estuvo a punto de morir desangrado pero consiguió llamar a tiempo a la policía y salvó la vida.
Seifert, culpable de la agresión, será llevado a juicio por intento de asesinato el próximo año. De momento, no ha informado de quiénes fueron sus cómplices. "Recibí una llamada anónima diciendo que mi hija estaba manteniendo relaciones sexuales con un hombre 40 años mayor. Ustedes (la policía) no actuaron, así que yo lo hice", explica Seifert, quien añade: "Era mi deber como padre".
“Yo sólo cumplí con mi deber paternal y no me arrepiento”. “A través de un anónimo supe del romance de mi hija, con un ’muchacho’ 40 años mayor que ella. La policía dijo no poder hacer nada, entonces tenía que hacerlo yo", declaró en el interrogatorio Helmut, quien
el año siguiente responderá ante el tribunal por acusación de intento de asesinato.
Seifert, nativo de la URSS, que abandonó el territorio ruso gracias a un programa de repatriación a Alemania, habitante de la ciudad Bielefeld, en Renania del Norte, que ya confesó su culpabilidad, reveló que primero acudió a la policía pero que allí le aconsejaron resolver el asunto en casa.
Helmut dominado por la ira decidió castigar al pedófilo por sí mismo y se dirigió al domicilio de Phillip Genscher, donde cometió el delito para luego huir del lugar llevando consigo los testículos del hombre, según sus propias declaraciones.
Genscher que quedó con vida y pese de esfuerzos médicos para devolverle sus funciones masculinas quedará castrado hasta el fin de sus días.
"El hombre avisó a dos compañeros de trabajo y fueron a la casa de la víctima", afirmó la policía. "Obligaron a Phillip Genscher a quitarse los pantalones y lo castraron, le arrancaron los testículos", informa la policía.
El hombre estuvo a punto de morir desangrado pero consiguió llamar a tiempo a la policía y salvó la vida.
Seifert, culpable de la agresión, será llevado a juicio por intento de asesinato el próximo año. De momento, no ha informado de quiénes fueron sus cómplices. "Recibí una llamada anónima diciendo que mi hija estaba manteniendo relaciones sexuales con un hombre 40 años mayor. Ustedes (la policía) no actuaron, así que yo lo hice", explica Seifert, quien añade: "Era mi deber como padre".
Padre celoso le corta el miembro al novio de su hija
BERLÍN, 13 diciembre 2010 (RiaNovosti).- La policía alemana detuvo a un emigrante ruso, de 47 años, de nombre Helmut Seifert, que mutiló con cuchillo, los genitales de un hombre mayor británico de 57 años que pretendía a su hija de 17 años, escribe hoy el periódico The Telegraph. “Yo sólo cumplí con mi deber paternal y no me arrepiento”. “A través de un anónimo supe del romance de mi hija, con un ’muchacho’ 40 años mayor que ella. La policía dijo no poder hacer nada, entonces tenía que hacerlo yo", declaró en el interrogatorio Helmut, quien
el año siguiente responderá ante el tribunal por acusación de intento de asesinato.
Seifert, nativo de la URSS, que abandonó el territorio ruso gracias a un programa de repatriación a Alemania, habitante de la ciudad Bielefeld, en Renania del Norte, que ya confesó su culpabilidad, reveló que primero acudió a la policía pero que allí le aconsejaron resolver el asunto en casa.
Helmut dominado por la ira decidió castigar al pedófilo por sí mismo y se dirigió al domicilio de Phillip Genscher, donde cometió el delito para luego huir del lugar llevando consigo los testículos del hombre, según sus propias declaraciones.
Genscher que quedó con vida y pese de esfuerzos médicos para devolverle sus funciones masculinas quedará castrado hasta el fin de sus días.