SAN JOSÉ, 24 mayo 2011 (AFP).- Los doscientos habitantes de Caño Castilla, un pequeño poblado en el norte de Costa Rica, recibieron estupefactos la noticia de que las tierras que ocupan sus casas, la iglesia, la escuela y hasta el campo de fútbol, serán subastados esta semana por una autoridad judicial.
La venta fue programada por el Juzgado Civil de Ciudad Quesada, 100 kilómetros al norte de la capital, para el próximo jueves, lo que ha puesto a los afligidos pobladores en una carrera contra el tiempo.
"Siempre creímos que éstos eran terrenos que el Estado tenía abandonados. No sabíamos que los hubiera reclamado una gente que ni conocemos", declaró José Luís Rodríguez, un parcelero de Caño Castilla al diario La Nación.
Los terrenos pertenecieron hace más de 20 años a una sociedad de estadounidenses que desde entonces abandonaron el país.
Entre ellos John Hull, un personaje que se menciona como el principal contacto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos con los dirigentes de la contrarrevolución nicaragüense en la década de 1980 y quien se supone que operaba desde Costa Rica.
Hace algún tiempo, un empresario reclamó las tierras en compensación por una antigua deuda de la sociedad, equivalente a unos 50.000 dólares al tipo de cambio de hoy, pero los habitantes de Caño Castilla dicen no haberse enterado nunca de que su pueblo era objeto de una reclamación judicial.
Los vecinos iniciaron apuradas gestiones en busca de una solución que evite la subasta.
Foto: Caño Castilla (Agencias)
"Siempre creímos que éstos eran terrenos que el Estado tenía abandonados. No sabíamos que los hubiera reclamado una gente que ni conocemos", declaró José Luís Rodríguez, un parcelero de Caño Castilla al diario La Nación.
Los terrenos pertenecieron hace más de 20 años a una sociedad de estadounidenses que desde entonces abandonaron el país.
Entre ellos John Hull, un personaje que se menciona como el principal contacto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos con los dirigentes de la contrarrevolución nicaragüense en la década de 1980 y quien se supone que operaba desde Costa Rica.
Hace algún tiempo, un empresario reclamó las tierras en compensación por una antigua deuda de la sociedad, equivalente a unos 50.000 dólares al tipo de cambio de hoy, pero los habitantes de Caño Castilla dicen no haberse enterado nunca de que su pueblo era objeto de una reclamación judicial.
Los vecinos iniciaron apuradas gestiones en busca de una solución que evite la subasta.
Foto: Caño Castilla (Agencias)
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