WASHINGTON, 16 febrero 2012 (AP).— Unos niños de colegio que visitaban la Casa Blanca el jueves se asustaron cuando Michelle Obama apareció de pronto y les advirtió que habría una prueba de 50 preguntas al final de su recorrido.
Con una cara seria, les dijo a los jóvenes: "No pueden salir de la casa a menos que aprueben", pero unos momentos después les confesó que estaba bromeando.
La primera dama, acompañada de Bo, el perro de la familia, estableció una informal línea de bienvenida: repartió abrazos y estrechó las manos de los sorprendidos visitantes por la mañana.
Cuando un hombre le dijo que era una vivienda maravillosa, la señora Obama estuvo de acuerdo, y añadió nuevamente en tono de broma: "Intentamos aguantar el ritmo del trabajo. Hay que aspirar mucho y limpiar el polvo".
Conversó con sus visitantes sobre moda, perros, comer vegetales y otros temas.