MADRID, 6 octubre 2012 (CN 6).- Fue el 15 de septiembre de 1492. El navegante genovés lo dejó asentado en su bitácora de viajes y lo describió como una “candelilla de cera que se alzaba y levantaba”. Hoy los historiadores están convencidos que fueron objetos voladores no identificados.
El navegante de origen genovés, al servicio de España, que llegó hasta lo que se conoció como el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492 vivió en su viaje un encuentro cercano del tercer tipo que recién por estos días ha sido, por fin, aceptado por los historiadores.
Todo está asentado en su bitácora de viajes, que hoy se conserva en un museo. La primera referencia a supuestos hechos extraños en el cielo, ocurrió el sábado 15 de septiembre 1492. Allí Colón escribió en esa fecha lo siguiente:
“Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco leguas...”.¿Qué pudo ser ese fuego que cayó como un ramo luminoso al mar? Pues muchos afirman que esto puede ser el indicio de los llamados Ovnis: “objetos submarinos no identificados”, o como ha existido en muchos casos, ovnis que se ocultan en el mar.
Los documentos que guardan los relatos de Colón.
Casi un mes después, el jueves 11 de octubre de 1492, momentos antes de que Colón viera tierra por primera vez, dejó asentado:
“Después del sol puesto, navegó a su primer camino al Oeste. Andarían doce millas cada hora, y hasta dos horas después de medianoche andarían noventa millas, que son veintidós leguas y media...”.
A las diez de la noche, estando Colón en el castillo de popa, vio lumbre, aunque como fue cosa cerrada, llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del rey, diciéndole que parecía lumbre, que mirase él. Y así lo hizo y la vio.
Sorprendido ante lo desconocido así lo asentó Colón en su bitácora:
“...se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual pareciera ser indicio de tierra...”
Si bien para algunos esa ‘candelilla de cera que se alzaba y levantaba’ era una fogata en tierra, para otros, como el investigador español Juan José Benítez, la posibilidad es nula, tomando en cuenta la distancia a la cual se observó.
Las bitácoras se conservan en un museo en España.
Benítez señala que, de acuerdo a los estudios del español Manuel Audije (quien fuera oficial de la Armada), “cuando Colón y otros hombres vieron la extraña luz, se encontraban a 14.5 leguas de tierra. Es decir, a poco más de 80 kilómetros, una distancia excesiva para lograr distinguir una hoguera en tierra”.
Por lo tanto, muchos conocedores del fenómeno OVNI afirman que Cristóbal Colón presenció luces que aparecieron hasta dos veces yendo de arriba hacia abajo en el horizonte. Estas luces han sido consideradas como OVNIS que estarían presenciando sin tener conocimiento de qué se trataba.