El individuo llevaba una hora viendo la película junto a su mujer cuando, de repente, el FBI se presentó en el cine pidiéndoles que abandonaran la sala. Entonces, los agentes le pidieron que volcase el contenido de las Google Glass en un portátil.
Según ha recogido «The Gadgeteer», el sospechoso negó desde el primer momento que estuviese cometiendo el delito del que se le acusaba y se defendió diciendo que llevaba puestas las gafas por prescripción médica, para poder ver correctamente la pantalla, y que además tenía tanto las gafas como su «smarpthone» apagados.
A pesar de sus argumentos, el hombre terminó por vaciar el contenido de sus Google Glass en el portátil del FBI para solucionar el conflicto y tuvo que mostrarles las fotos y vídeos personales que almacenaba en el dispositivo. Finalmente, los agentes pudieron comprobar la inocencia de este hombre de Ohio.
Foto: Gogle glass (Agencias/Internet)