martes, 27 de enero de 2015

Destituida la jefa de restauración del Museo Egipcio del Cairo por la polémica de la máscara de Tutankamón... entre otras novedades sobre la pieza dañada


EL CAIRO, 27 enero 2015 (ABC.es).- La chapucera restauración de la barba de la máscara de Tutankamón, icono del Museo Egipcio de El Cairo, ya se ha cobrado su primera víctima, la de la máxima responsable de los trabajos de restauración del emblemático museo, Ilham Abdelrahmán, que ha sido trasladada al Museo de Carruajes Reales.

El ministro de Antigüedades, Mamduh al Damati, dio a conocer este martes esta decisión, que se produce tres días después de que las autoridades reconocieran la «restauración defectuosa» de la joya de la corona del mayor museo de arte faraónico del mundo.

Según expresó el director del departamento de Museos, Ahmad Sharaf, a la agencia oficial de noticias del país, todas la personas relacionadas con lo ocurrido están siendo investigadas para tomar las decisiones oportunas.

Tras la fulminante destitución de la jefa de restauración, su puesto será ocupado de forma interina por el principal especialista en trabajos de restauración del Museo Copto, Said Abdelhamid, mientras continúa el vendaval desatado por el criticado trabajo.
Desaguisado

El desaguisado, que se conoció por una filtración de unos trabajadores de la institución descontentos con el resultado de la intervención, ha hecho zozobrar el barco insignia de los museos egipcios, sobre el que han arreciado nuevas olas de crítica.

La última ha sido la de un responsable que ha llegado a asegurar que la máscara de Tutankamón que se expone en el museo es una mera imitación del original, que habría sido robada durante los disturbios que siguieron a la revolución del 25 de enero de 2011. Sharaf se precipitó a negar estas denuncias e hizo hincapié en que solo hay una máscara y en que es la original.
Polémicas declaraciones

Asimismo, indicó que se tomarán medidas contra el autor de estas polémicas declaraciones, a quien el responsable de museos acusó de de intentar perjudicar «la imagen del país» y el flujo de turistas, para quienes la visita al tesoro de Tutankamón es parada obligatoria en todo viaje al país de los faraones.





Habrá denuncia contra los causantes del daño a la máscara de oro de Tutankamón

EL CAIRO, 24 enero 2015 (ABC.es).- Silencio sepulcral -y nunca mejor dicho- en el Museo Arqueológico y el Ministerio de Antigüedades de Egipto, 24 horas después de que saltara la noticia de los daños producidos en la máscara funeraria de oro de Tutankamón el pasado octubre. Pero ayer, arqueólogos que visitaron las salas donde se exhibe el mayor tesoro del país del Nilo confirmaron a ABC la gravedad de la intervención que ha deteriorado la hermosa pieza a base de pegamento industrial: resina epoxi. La barba y la barbilla han resultado dañadas gravemente.

Monica Hanna, portavoz de Heritage Taskforce (HT), una asociación arqueológica de la sociedad civil egipcia, anunció a ABC, después de realizar una inspección visual de la máscara, que ha recopliado información y que HT la pondrá a disposición de la fiscalía junto con una demanda para que se investigue y, en su caso, se depuren responsabilidades porque «hablamos de una pieza tan importante que no es solo patrimonio egipcio, sino de la humanidad».

«Son noticias terriblemente tristes, y por eso hemos decididoemprender las acciones legales pertinentes para que se investiguen las responsabilidades -subraya Hanna a ABC-. Hay que hacer algo y debe hacerse correcta e inmediatamente para reparar el daño», asevera. A los arqueólogos egipcios -y a muchos amantes del patrimonio- les sorprendió la mala praxis que demuestran las fotografías, a pesar de que el actual director del Museo, Mahmoud El-Halwagi, y el ministro de Antigüedades, Mamdouh Eldamaty, han estado negando los desperfectos hasta anoche.
Intervención de la Unesco

Hanna y otros colegas egipcios han confirmado que les gustaría que la Unesco se interesara por el problema y ven con buenos ojos que el organismo cultural internacional realice una investigación independiente de lo sucedido. Heritage Taskforce cuenta con apoyos oficiosos de miembros de la Unesco.

El más célebre de los egiptólogos, Zahi Hawass, contactado ayer telefónicamente por ABC, no quiso realizar declaraciones sobre el problema, pero confirmó que lo publicado por este periódico era cierto y en la conversación se mostró triste y frustrado ante la pésima noticia para el patrimonio y la imagen de Egipto.

Las redes sociales, que desde las movilizaciones de la plaza de Tahrir se han convertido en el más intenso medio de participación ciudadana, hervían. Entre la ira y el sarcasmo, se intercambiaban opiniones y chistes.

Javier Gámez, de Restauradores Sin Fronteras, afirmó a este periódico que los responsables de la intervención se han saltado, al usar resina epoxi irreversible «la primera regla de la restauración, que es la reversibilidad. Una obra como esa merecía una especial supervisión científica antes de intervenir en ella, así como el mejor asesoramiento internacional sobre los materiales y las técnicas a emplear. Es la más importante pieza de la historia de Egipto».

Anoche se especulaba en El Cairo con la posibilidad de que el lunes searetirada la máscara de la exposición, aunque no se ha confirmado oficialmente. Sigue la incógnita de cómo van a asumir la realidad quienes lo han negado desde octubre hasta hoy, a pesar de las evidencias.

Fuente: http://www.abc.es/cultura/arte/20150124/abci-denuncia-mascara-tutankamon-201501232143.html


El daño irreparable a la máscara de oro de Tutankamón se produjo el pasado octubre

EL CAIRO, 23 enero 2015 (ABC.es).- Egipto trata hoy de digerir el escándalo por la mala restauración de la obra emblemática del imperio faraónico: la máscara de oro de Tutankamón, que ha sufrido daños irreparables. Según ha podido saber ABC de fuentes del Museo Arqueológico de Egipto, el accidente en el que se rompió la barba de la máscara ocurrió el pasado mes de octubre, y dio paso a una serie de errores en la gestión de un patrimonio tan importante impropio de ese museo y que hacen dudar hoy sobre la seguridad del legado histórico del país del Nilo.Uno de los más graves es que las autoridades, a estas alturas, siguen negando el caso, aunque conocen los hechos.

Todo ocurrió en octubre, cuando un empleado abrió la vitrina de exposición de la máscara de oro del Rey Tut para cambiar una bombilla. Según conservadores del museo que quieren permanecen en el anonimato, primero ocurrió un desgraciado accidente. Unamala manipulación al mover la pieza -de oro con incrustaciones de lapislázuli y otras piedras y unos 10 kilos de peso- hizo que la barba se desprendiera.

350 kilos por cm2

Pero lo peor fue, según las citadas fuentes, que se decidió tomar medidas urgentes para reparar el daño sin supervisión científica y esas medidas han tenido consecuencias irreparables en la pieza, con la curvatura excesiva del ensamblaje natural y perfecto que unía la barba y la barbilla. El causante del desastre decidió al día siguiente pegar la pieza fijándola, en lugar de enviarla al taller de restauración para tratar de arreglar la pestaña en la parte superior de la barba que se introduce en la barbilla del faraón y con la que hasta ahora quedaba fija. En las fotografías de la máscara se observaba hasta ahora cómo encajaba a la perfección. Pero debido a la prisa o la preocupación ante el escándalo que se avecinaba, decidió pegarla de manera irreversible. Y eligió el peor pegamento del mundo -por ser el más resistente- para este cometido: resina epoxi. Siempre según las mismas fuentes.

No hay otro adhesivo comparable. Se denomina pegamento estructural o de ingeniería. Pega casi todo tipo de materiales con gran consistencia y se utiliza en la construcción de aviones, automóviles, bicicletas, esquíes... Resiste una tracción de 350 kilogramos por cm². Ahora, según se observa en las fotos que ayer dieron la vuelta al mundo, el Rey Tut tiene la barba pegada de tal forma que no podría desprendérsele ni con una tracción de media tonelada. Entre la barba y la barbilla se observa, en lugar de la fina sombra del mecanismo original, una línea clara de resina que rellena los huecos. Y peor aún: arañazos en la capa de oro que rodea la barba producidos, según los conservadores denunciantes, porque se retiraron las rebabas con papel de lija.

El ministro de Antigüedades, Mamdouh Eldamaty, fue informado a finales de octubre de 2014 por cinco conservadores que le sugirieron que informara a la prensa. De hecho, el ministrovisitó el museo el pasado 17 de noviembre y los cinco fueron reprendidos por ello y trasladados como castigo. Se impuso el miedo a represalias, pero al final, el escándalo ha visto la luz.

Anoche, en la televisión egipcia, según pudo confirmar ABC hablando con arqueólogos de ese país, el ministro de Antigüedades, Mamdouh Eldamaty, afirmaba que la máscara no ha sufrido daño alguno, apoyando las afirmaciones del director del Museo Arqueológico que dijo que desde octubre pasado, fecha de su incorporación, la pieza está en perfectas condiciones.
Otro misterio

El misterio está servido, una vez más, en torno al faraón más famoso de la historia, al rey niño de la XVIII dinastía que rigió los destinos del país del Nilo tan solo desde los 9 hasta los 18 años. Su muerte, imprevista, ha sido otro enigma hasta que la momia de Tutankamón fue sometida a la lupa de la medicina nuclear del siglo XXI. Padecía, según recuerda Esther Pons, egiptóloga del Museo Arqueológico Nacional, malaria, una deformidad ósea y las consecuencias en la rodilla de la caída de un carro.

Se hizo famoso porque Howard Carter halló su tumba, la primera que se encontraba «casi» sin expoliar después de 34 siglos, en 1922. La máscara era la almendra que rodeaba la cabeza de la momia, envuelta en sucesivos sarcófagos, uno dentro de otro, y después en un ataúd. A pesar de parciales saqueos poco después de su muerte, que se llevaron hasta el 60% de algunos arcones de joyas y objetos pequeños, el tesoro hallado en la tumba de este faraón «menor» deslumbró al mundo y desató la fiebre por la arqueología en el siglo XX. Carter tardó 10 años en catalogar y desmontar sus tesoros para poder sacarlos de la tumba (por lo estrecho de la puerta del enterramiento KV62).

Pese al gusto de la cultura popular por las maldiciones faraónicas, no existió ninguna asociada al faraón niño. Salvo, ahora, por esta desgraciada restauración que ha puesto de actualidad la pieza egipcia más famosa del mundo, la máscara de oro de Tutankamón, por un motivo tan triste.


Continuación de la nota La máscara dorada de Tutankamón, restaurada con 'superglue' publicada el 22 de enero en WM