Según relató la PJ en un comunicado, el sospechoso orquestó un extravagante plan el pasado 19 de enero, cuando simuló un asalto para justificar los miles de euros que había sustraído en los últimos tres años de trabajo, ante la inminencia de la celebración de un inventario que podría descubrir los hurtos.
El empleado de la joyería, situada en Arouca, cerca de Oporto, decidió escenificar el secuestro retirando incluso el sistema de vídeo vigilancia del establecimiento.
Para concluir la "representación", se cerró él mismo en la caja fuerte de la tienda para simular el secuestro, hasta que un colega de trabajo regresó de comer y le liberó.
La Policía aclaró que los objetos sustraídos ya fueron recuperados.
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