martes, 20 de enero de 2015

Taiwanés de 32 años muere en un café internet de agotamiento jugando


TAIPEI, 20 enero 2015 (EFE).- Un taiwanés de 32 años, apellidado Hsieh, ha muerto de agotamiento en un cibercafé del Gran Kaohsiung, en la segunda “muerte súbita” por juegos de internet en la isla en lo que va de año.

Hsieh permaneció muerto con la cabeza sobre la mesa del ordenador durante horas, hasta que uno de los empleados fue a comprobar si se encontraba bien y descubrió que no respiraba. Inmediatamente, la dirección del café llamó a una ambulancia que trasladó a Hsieh a un hospital, pero los médicos declararon su deceso a su llegada.

“Hsieh era un cliente habitual y siempre jugaba varios días seguidos. Y cuando estaba cansado, se dormía sobre la mesa delante de la pantalla del ordenador. Por eso no nos dimos cuenta antes de que le pasaba algo”, declaró uno de los empleados en declaraciones al diario isleñoTaipei Times.

Los cafés internet en Taiwán abren durante las 24 horas los 365 días del año y hay decenas de miles de taiwaneses enganchados a los juegos por internet que pasan días y semanas enteras en esos cafés, que disponen en algunos casos de duchas y servicios de aseo personal.

“Tengo algunos conocidos que viven en los cibercafés y que viven de sus padres”, relató Jerry Lu, un estudiante de Kaohsiung, matriculado en una universidad de Taipei y es también un entusiasta de los juegos por internet.

En el caso de Hsieh, según el jefe de la comisaría de policía de Humei, lugar en que está situado el cibercafé, el óbito se produjo por agotamiento y el frío que le desencadenaron un fallo cardiaco. Por eso, en los cafés internet de la isla se aconseja a los clientes que hagan algo de ejercicio de vez en cuando, que estén bien abrigados y que duerman siestas de vez en cuando.

“Hay lugares para tenderse y descansar en muchos cibercafés, para que la gente no se agote jugando”, agregó Lu.

El 1 de enero, tras cinco días de juego continuo, se produjo la muerte de una persona de 38 años en un cibercafé del Nuevo Taipei y los empleados tampoco se dieron cuenta del suceso hasta horas más tarde del deceso.