miércoles, 4 de febrero de 2015

El hallazgo de huesos da nuevas pistas del naufragio y motín del Batavia, ocurrido en 1629






SIDNEY, 4 febrero 2015 (EFE).- El hallazgo de restos óseos en la remota isla Beacon, a unos 80 kilómetros de la costa occidental de Australia, aporta nuevas pistas sobre el motín y masacre de decenas de personas tras el naufragio del barco Batavia el 4 de junio de 1629.

El hallazgo esta semana del cadáver de un adolescente, cuyo género se desconoce, eleva a once los cuerpos humanos recuperados desde que fue encontrado en 1963 el lugar del naufragio del Batavia, en el archipiélago de Houtman Abrolhos, escenario de uno de los capítulos más sangrientos de la historia marítima de Australia.

La última víctima, enterrada a metro y medio de profundidad, albergaba entre sus huesos dos balas de mosquete que apunta a una posible ejecución o muerte violenta.

El incidente acaecido hace casi 4 siglos, y que derivó en un brutal motín, es "uno de los más antiguos y quizás el más famoso ocurrido en Australia", señaló a Efe Jeremy Green, jefe del departamento de Arqueología Marítima del Museo de Australia Occidental.

Además da cuenta del "asentamiento europeo más antiguo que se conoce en Australia, a pesar de que no ocurrió en territorio continental", comentó el experto.

Green apreció que el reciente descubrimiento se trata de un entierro "muy profundo" y con una "postura inusual", con los brazos cruzados y con el cráneo asentado de forma perpendicular al cuello.

Al no encontrar signos de trauma o huesos rotos, el experto remarcó que se necesitan mayores estudios para explicar estas características y determinar las causas de la muerte del adolescente.

El barco perteneciente a la compañía holandesa de las Indias Orientales, que viajaba cargado monedas de plata y dos antigüedades del artista Rubens para venderlas a un gobernante mongol, partió el 27 de octubre de 1628 desde la localidad holandesa de Texel con destino a Batavia (actual Yakarta).

Durante el viaje, dos de los tripulantes urgieron un plan para hacerse con el control del navío y cambiar el rumbo de este con el objetivo de empezar una nueva vida utilizando las enormes riquezas en el compartimento de carga.

Tras poco más de siete meses de travesía, el Batavia naufragó en el arrecife Morning, en el oeste de Australia.

No obstante, la mayoría de los pasajeros, entre ellos decenas de mujeres y niños, lograron llegar a nado o amarrados a los restos del navío a las islas cercanas.

Mientras el comandante y el capitán del barco salieron en busca de ayuda, el tercer de a bordo asumió el mando de la isla junto a un grupo de hombres y se dedicaron a torturar, violar y asesinar a más de un centenar de supervivientes.

Tras regresar con auxilio, el capitán ordenó al conocer los sucesos cortar la mano de todos los amotinados y los condenó a muerte, prisión o de regreso a Holanda.

Según reseña el Museo de Australia Occidental dos de los sublevados además fueron abandonados en una isla desierta.

Desde la década de 1960 se han realizado varias expediciones para desvelar los misterios del Batavia, entre las que destaca la del Museo Marítimo de Australia Occidental que en 1999 descubrió una fosa común en la isla Beacon.

En 2013, una expedición descubrió un diente cerca de la tumba del adolescente recientemente encontrado, pero curiosamente éste no pertenece a los restos óseos hallados, lo que hace suponer que existe otra tumba en los alrededores, señaló el experto australiano.

Las excavaciones de la Universidad de Australia Occidental y del Museo de Australia Occidental en la isla Beacon comenzaron hace diez días como parte del proyecto Naufragios en los Rugientes Cuarenta, una zona de fuertes vendavales en el océano Índico, que está financiada por el Consejo Australiano de Investigación.