MÉXICO, 14 marzo 2015 (El Mundo / Reuters).- En directo y a través de las ondas. Así ha sido el enfrentamiento que han mantenido en los últimos días Carmen Aristegui, una de las conductoras más combativas y populares de México, y MVS, la emisora en la que trabajaba y que ha acabado despidiéndola sólo unos días más tarde de anunciar su adhesión al proyecto 'MéxicoLeaks' y meses después de que destapara un escándalo inmobiliario que implica al presidente, Enrique Peña Nieto, a su mujer, la actriz Angélica Rivera, y a otros miembros del Ejecutivo.
Según las informaciones de Aristegui y del grupo de periodistas de investigación que ella lidera, la primera dama mexicana adquirió una mansión de lujo al Grupo Higa, subsidiaria de una empresa integrante de un consorcio que había ganado una millonaria licitación para la construcción de un tren de alta velocidad que fue cancelada tras la publicación.
Días después, otros medios revelaron que también el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, había comprado una casa a Grupo Higa y que el propio mandatario poseía una propiedad adquirida a otro contratista beneficiado con contratos de obra cuando era gobernador.
Caricatura de @Trino |
El escándalo afectó de manera muy negativa a la imagen del presidente, hasta tal punto que la propia Rivera realizó una comparecencia pública para tratar de despejar las dudas y sospechas sobre sus adquisiciones. Sin embargo, la gota que parece haber colmado el vaso ha sido la participación de Carmen Aristegui y de sus compañeros en México Leaks, una plataforma web para que los ciudadanos puedan denunciar de forma totalmente anónima desmanes, abusos y corruptelas que azotan el país.
La emisora acusó a los reporteros de utilizar su marca sin consultarlo y sin la autorización expresa. En directo MVS ha querido distanciarse desde el primer momento de dicha plataforma y, un día después de que se hiciera pública la adhesión del grupo de Aristegui, emitió un comunicado desvinculándose de ella.
La emisora advertía además de que tomaría medidas para que sus profesionales no emplearan sus recursos técnicos, financieros y materiales al servicio del nuevo proyecto. Estas medidas se tradujeron en el despido de dos miembros del equipo de Aristegui, Daniel Lizárraga e Irving Huerta, que también formaron parte del grupo que sacó a la luz la polémica sobre la mansión de Peña Nieto. Al mismo tiempo, MVS estableció una serie de medidas para controlar y supervisar la información en sus ondas.
Caricatura de @JoursDePaper |
Aristegui, por su parte, pidió a través del micrófono la readmisión de sus compañeros y la estableció como condición indispensable para negociar con la empresa. Finalmente, ni la intervención del ombudsman de la cadena -una figura independiente- fue suficiente para lograr el acuerdo y la emisora emitía este domingo un comunicado en el que daba "por terminada la relación de trabajo" con la locutora. "Lamentamos la posición de la conductora, pero como empresa no podemos aceptar condicionamientos y ultimátums de nuestros colaboradores", señala el escrito.