MADRID, 28 marzo 2016 (Vanity Fair).- Patrick McDermott fue dado por muerto en 2009, pero acaba de aparecer en México. La historia del novio desaparecido de Olivia Newton-John es mejor que cualquier película.
Olivia Newton John posando con su hija Chloe y su novio Patrick McDermott en el estreno de Mamma Mia en Los Ángeles semanas antes de que él desapareciese / Cordon Press |
Las deudas por impago de la pensión alimenticia del hijo que tenía con su exmujer, la actriz Yvette Nipar, no permitían que el bueno de Patrick disfrutase de su amor con la protagonista de Grease. Decidido a solucionar sus cuitas, no se le ocurrió otra cosa que pedir un refrigerio, dos perritos calientes y embarcar en San Pedro, California, con la idea de no dejar rastro después. Lo de la bebida y los hot-dogs lo sabemos porque años de informes policiales concluyeron que el camarero que le proporcionó el avituallamiento fue el último testigo en verlo con vida. Ni la tripulación ni uno solo de los 22 pasajeros del barco que eligió para virar el rumbo de su biografía fueron testigos de que McDermott cayera por la borda durante la travesía de la que no volvió.
Newton-John pasó tres años buscándolo desesperada. Creó una página web para lograr información y donativos con los que financiar la investigación. Pidió colaboración a los servicios policiales de EE.UU. México y Panamá y tres años más tarde, cuando McDermott fue declarado oficialmente muerto, vendió la casa en la que había vivido casi una década con él y se casó en secreto por el rito inca con John Easterling, un gurú de la salud con el que continúa casada.
NEWTON-JOHN PASÓ TRES AÑOS BUSCÁNDOLO DESESPERADA. CREÓ UNA PÁGINA WEB PARA LOGRAR INFORMACIÓN Y DONATIVOS, PIDIÓ COLABORACIÓN A LOS SERVICIOS POLICIALES DE EE.UU. MÉXICO Y PANAMÁ Y TRES AÑOS MÁS TARDE, CUANDO MCDERMOTT FUE DECLARADO OFICIALMENTE MUERTO, VENDIÓ LA CASA EN LA QUE HABÍA VIVIDO CASI UNA DÉCADA CON ÉL.
Pero poco después de que la versión oficial dijese que Patrick había fallecido, un investigador tejano, Philip Klein, recibió un fax firmado, presuntamente, por el propio McDermott asegurando que estaba vivo, que no había cometido delito alguno y solicitando que lo dejaran en paz. No se sabe si a Olivia le importará mucho el asunto porque hace años que no da declaraciones sobre el caso, olvidar requiere cierta disciplina.
Pero tanto el detective como los redactores de Dateline, un programa de televisión de la NBC que desde el principio apostó porque el cámara seguía vivo, se preguntaban por qué justo cuando el caso se daba por cerrado un hipotético McDermott reclamaba la atención que su muerte oficial le había quitado.
Comenzaron a repasar los hechos y a atar los cabos que el Libertad había dejado sueltos. La desaparición física de McDermott acababa con una deuda de 30.000 dólares. Y que le dieran por muerto permitía que su hijo cobrase un seguro de vida de más de 100.000.
Además McDermott, de origen coreano, había sido adoptado por un matrimonio estadounidense pero conservaba un pasaporte con su nombre de nacimiento, Patrick Kim, que se usó poco después de su desaparición. Y, por lo visto, tras ser declarado muerto, una IP situada en Sayulita, una pequeña población de México entraba de forma obsesiva en la web que recordaba el caso desde los confines de Internet.
Localización de Sayulita, México. |
Fuente: Vanity Fair