domingo, 29 de marzo de 2009

Aplican vacuna experimental para el ébola a científica que se pinchó con una aguja infectada

Continuación de la nota: Científica con síntomas de haber contraído el virus del Ébola, publicada el 28 de marzo 2009

BERLIN, 29 marzo 2009 (AP).- En un accidente digno de una película de ciencia ficción, una investigadora se pinchó accidentalmente un dedo con una aguja usada para inyectar el mortífero virus del ébola en un ratón de laboratorio.

Horas después del incidente, varios miembros de la comunidad de virólogos, biólogos y otros expertos intercomunicados en una conferencia telefónica transatlántica discutieron con premura el modo de salvar la vida de su colega.

El resultado fue notable. Unas 24 horas después del accidente del 12 de marzo, una vacuna experimental, nunca probada en seres humanos, viajaba de Alemania a un laboratorio en Canadá. Y en 48 horas, la científica, una mujer de 45 años cuya identidad no se ha revelado, fue inyectada con la vacuna.

Hasta ahora el resultado es positivo.

Si la accidentada sigue saludable el 2 de abril, podrá considerarse segura.

La fiebre hemorrágica del ébola, prácticamente exclusiva del África, es una de las enfermedades más temibles del mundo. Comienza con síntomas similares a los de la gripe y sigue con diarrea hemorrágica y vómitos. Días después, algunas víctimas empiezan a sangrar por la nariz, boca y ojos. La cepa más virulenta del virus puede matar hasta un 90% de sus víctimas. No tiene cura. Se propaga por contacto directo con la sangre o secreciones de una persona infectada.

El doctor Stephan Guenther, titular del Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical en Hamburgo, donde trabajaba la investigadora, dijo a The Associated Press que la científica está saludable y libre del virus, según indican los exámenes hasta ahora.

Agregó que el período de incubación del ébola de 21 días terminó esta semana y dijo que con cada día que pasa disminuye el riesgo.

Un factor de incertidumbre es que no está totalmente claro si la investigadora realmente se infectó con el virus.

En el momento del accidente usaba tres capas de guantes protectores. Aunque la aguja la pinchó, el émbolo de la jeringa no fue empujado, de modo que no es seguro de que el virus le haya penetrado la sangre.