ROMA, 31 diciembre 2008 (Figaro).- Este año comeremos las uvas un segundo más tarde, porque el último minuto de 2008 tiene 61 segundos. De esta forma se corrige la diferencia que existe entre los relojes y el tiempo astronómico, el que se basa en la rotación del eje de la Tierra, y que es más lento.
Esta es la vigésimo cuarta vez que se añade este segundo adicional al reloj maestro, el que está en el Pentágono, y sobre el que se basan los relojes de todo el mundo.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
Este año comeremos las uvas un segundo más tarde
11:19:00 p.m.
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