Denver, 6 diciembre 2008 (Daily Telegraph).- Cinco años en prisión dan para pensar mucho y cuando uno tiene una afición, puede especializarse y sacarle su máximo partido en los escasos períodos de libertad de los que goce.
Claro que si la pasión del preso son los tatuajes, el resultado puede ser similar al de Michael Campbell, preso de la cárcel de Colorado, en Estados Unidos, desde el año 2003.
La primera foto muestra el rostro de Campbell en 2003, cuando fue detenido por robo, con varios tatuajes.
La segunda imagen es de cinco años después, en 2008, con Campbell en la cárcel.
Los funcionarios de la prisión aseguran que el preso, de 33 años, aprovechó sus permisos para tatuarse el rostro y el cuello.