martes, 17 de marzo de 2009

Sus vecinos se quejan, la casa de Bob Dylan apesta

LOS ÁNGELES, 17 marzo 2009 (EuropaPress).- Los vecinos del legendario Bob Dylan en la ciudad de Malibú están que trinan. "Mr.Derechos Civiles está matando nuestros derechos civiles", protestan algunos ante el hedor que, afirman, proviene de un retrete portátil que el artista tiene instalado en la parte de atrás de su jardín y que parece no querer retirar.

El retrete portátil de Bob Dylan amarga las fantásticas vistas que los habitantes de Point Dume, en la Bahía de Santa Mónica, ciudad de Malibú, tienen del Oceáno Pacífico. La brisa marina se ha convertido en una auténtica pesadilla para el vecindario, que soporta estoico que el terrible hedor que despide el jardín del cantautor invade el interior de sus hogares las noches cálidas.

Algunas familias han decidido no volver a dormir en sus habitaciones con las ventanas abiertas mientras Bob Dylan no escuche sus reivindicaciones. El artista, de 67 años, lleva seis meses sin escuchar las quejas de los vecinos, que le han pedido con insistencia que retire el retrete portátil de la parte de atrás de su jardín. "Esto es un escándalo. Mr.Derechos Civiles está matando nuestros derechos civiles", protesta David Emminger.

La casa de Emminger, según informaciones de 'Los Angeles Times' recogidas por Europa Press, está justo detrás del retrete portátil de Bob Dylan. Al parecer, el mítico cantautor instaló dicho retrete para que lo usen los empleados de su hogar, incluidos los miembros de su equipo de seguridad, que recientemente expulsaron a un inspector público acusándole de allanamiento y advirtiéndole de que demandarían al Ayuntamiento de la ciudad.

Los Emminger han llegado a instalar cuatro ventiladores de tamaño industrial en su jardin para tratar de devolver el hedor a su propietario, pero ni con esas han logrado detener el olor que transporta la brisa marina. El pequeño David Emminger Junior, de 8 años, ha llegado a ponerse enfermo debido a la fetidez del retrete portátil, igual que su madre, Cindy, que asegura que ambos son "alérgicos y sensibles" a los productos químicos.

El retrete portátil ya fue motivo de controversia en 1989, según informa el periódico estadounidense, cuando Bob Dylan pidió permiso a las autoridades para construirlo en su jardin y los inspectores le advirtieron de que no disponia de las infraestructuras necesarias para que accedieran discapacitados. El artista lo resolvió prometiendo por escrito que no contrataría nunca a un discapacitado.

Aún así, desde el Ayuntamiento de Malibú se niegan las acusaciones de algunos vecinos del músico, que creen que en una ciudad repleta de famosos se aplican distintas varas de medir con éstos y los ciudadanos normales. "Tratamos exactamente igual a todo el mundo", señalan desde el Consistorio, donde explican que se han dado una vuelta por el vecindario y no han localizado ningún retrete portátil ni detectado ningún olor extraño.