SAO PAOLO, 9 julio 2010 (EFE).- La brasileña de origen polaco María Olivia da Silva, que decía ser la mujer más anciana del mundo con 130 años de edad, murió la noche del jueves en la ciudad de Astorga, en el sureño estado de Paraná, informaron hoy medios locales.
Da Silva, que llegó a Brasil cuando tenía tres años de edad, murió en su residencia de Astorga, a 400 kilómetros de Curitiba, la capital regional, después de cenar y sentirse mal, según indicó la edición digital del diario O Estado de Sao Paulo.
El libro Récord Guiness nunca reconoció a da Silva como la persona más vieja del mundo, pues los registros originales de su nacimiento fueron quemados en un incendio ocurrido en la década del sesenta cuando vivía en la ciudad de Centenario do Sul.
No obstante, en la copia de su registro civil reposa que da Silva nació el 28 de febrero de 1880 en Varsovia.
La mujer, que siempre trabajó en el campo y atribuía su longevidad a una dieta basada en fríjol y banana, se caso dos veces y tuvo diez hijos, todos fallecidos, y ya de edad avanzada adoptó otros cuatro, de los cuales tres sobreviven.
La muerte de da Silva ocurrió el mismo día en que la persona más anciana de Georgia Antisa Jvichava celebró su cumpleaños 130 en la aldea de Sachino, unos 360 kilómetros al oeste de la capital, Tiflis.