GUATEMALA, 2 mayo 2011 (RT).- Gracias al GPS un grupo de arqueólogos consiguió encontrar en Guatemala una ciudad perdida de la civilización Maya. Holtún, también llamada Cabeza de Piedra, fue identificada con ayuda de un trazado de mapas en tres dimensiones de la zona.
Aunque los ciudadanos locales desde hace mucho solían decir que algo grande se escondía en medio de una gran vegetación prácticamente impenetrable, solo recientemente la ciudad resultó ser descubierta por los científicos. Usando información recogida por GPS y otros dispositivos de localización, los especialistas han hallado alrededor de un centenar de antiguos edificios que han permanecido ocultos durante ocho siglos. Entre las edificaciones se cuentan un observatorio astronómico, un escenario de rituales, viviendas de piedra, cámaras funerarias para los gobernantes de la ciudad y otras.
Según la revista National Geographic, la ciudad hallada existía entre los años 600 a.C. y 900 d.C, y se calcula que estaría habitada por unas 2.000 personas. Situada a unos 35 kilómetros al sur del país, Holtún tenía un tamaño menor que otras conocidas urbes de esta antigua civilización.
Según la jefa del grupo de investigación, Brigitte Kovacevich, los especialistas esperan que el hallazgo ayudaría a poner en claro cómo fueron organizadas las urbes "secundarias" mayas o cómo vivían fuera de las ciudades grandes como Tikal.
Junto al carácter residencial de la ciudad hallada se destaca también la importancia de la posibilidad de encontrar enterramientos de reyes. “Muchas veces los arqueólogos están buscando en las pirámides más grandes y los templos para encontrar tumbas de los primeros reyes, pero durante el periodo medio preclásico tardío (entre el año 600 a.c. y el 300 a.c.) el rey no es el centro del universo todavía, así que probablemente sería enterrado en el hogar”, comentó Brigitte Kovacevich, destacando la importancia de esta ciudad precolombina.
Las edificaciones urbanas están cubiertas de una capa grande de tierra y ocultas por la espesa vegetación, por esto todavía escapan al ojo no entrenado.
Este verano los investigadores tienen la intención de empezar las excavaciones de las viviendas y el observatorio y además limpiar de la vegetación el templo principal. Los arqueólogos planean usar un georradar para crear un mapa más exacto de la zona.
Fotos: Agencias