RAWANG, 5 junio 2011 (AP) — Unas 800 mujeres musulmanas en Malasia crearon el "Club de las esposas obedientes", que entre sus objetivos buscará enseñar a las mujeres a ser sumisas y mantener a sus hombres felices en el dormitorio, con la premisa de que eso reducirá la prostitución y el divorcio.
El nuevo club, lanzado el sábado, está generando controversia en uno de los países musulmanes más modernos y progresistas, donde muchas mujeres tienen altos cargos en el gobierno y en el mundo empresarial.
"El islam nos obliga a ser obedientes con nuestro marido. Diga lo que diga, tengo que seguirlo. Sería un pecado no obedecerlo y no hacerlo feliz", dijo la recién casada Ummu Atirah, de 22 años de edad,
Además de obedecer a su esposo, la mujer dijo que el secreto para un matrimonio feliz es asegurarse de que él esté satisfecho sexualmente.
A pesar de que el grupo tiene antecedentes islámicos conservadores, una de sus fundadoras, Rojaya Mohamad, habla abiertamente acerca de las virtudes del sexo matrimonial, aunque la mayoría de sus colegas son tímidas sobre el tema.
"El sexo es un tabú en la sociedad asiática. Lo hemos subestimado en nuestro matrimonio, pero todo se reduce al sexo. Una buena esposa es una buena sexoservidora de su esposo. ¿Qué hay de malo en ser una prostituta ... de tu marido?", dijo.
El club fue fundado por un grupo islámico marginal conocido como Ikhwan Global, que ha sido criticado por políticos y activistas malayos, que lo han acusado de retroceder a la época medieval y de insultar a la mujer moderna de Malasia.
Las actividades del grupo, que anteriormente incluyó la creación de un club de defensa de la poligamia, muestran que las ideas islámicas conservadoras aún prosperan en Malasia.
Existe preocupación de que los grupos radicales puedan recabar apoyo de otros musulmanes, que representan el 60% de la población de Malasia, de 28 millones de personas.
"Desafortunadamente, incluso hoy, todavía hay muchas mujeres musulmanas que ignoran sus derechos o son culturalmente inhibidas para ejercer sus derechos plenamente", opinó Shahrizat Abdul Jalil, una ministra musulmana a cargo de la política familiar.
Foto: Mujeres musulmanas en Malasia (Agencias)
"El islam nos obliga a ser obedientes con nuestro marido. Diga lo que diga, tengo que seguirlo. Sería un pecado no obedecerlo y no hacerlo feliz", dijo la recién casada Ummu Atirah, de 22 años de edad,
Además de obedecer a su esposo, la mujer dijo que el secreto para un matrimonio feliz es asegurarse de que él esté satisfecho sexualmente.
A pesar de que el grupo tiene antecedentes islámicos conservadores, una de sus fundadoras, Rojaya Mohamad, habla abiertamente acerca de las virtudes del sexo matrimonial, aunque la mayoría de sus colegas son tímidas sobre el tema.
"El sexo es un tabú en la sociedad asiática. Lo hemos subestimado en nuestro matrimonio, pero todo se reduce al sexo. Una buena esposa es una buena sexoservidora de su esposo. ¿Qué hay de malo en ser una prostituta ... de tu marido?", dijo.
El club fue fundado por un grupo islámico marginal conocido como Ikhwan Global, que ha sido criticado por políticos y activistas malayos, que lo han acusado de retroceder a la época medieval y de insultar a la mujer moderna de Malasia.
Las actividades del grupo, que anteriormente incluyó la creación de un club de defensa de la poligamia, muestran que las ideas islámicas conservadoras aún prosperan en Malasia.
Existe preocupación de que los grupos radicales puedan recabar apoyo de otros musulmanes, que representan el 60% de la población de Malasia, de 28 millones de personas.
"Desafortunadamente, incluso hoy, todavía hay muchas mujeres musulmanas que ignoran sus derechos o son culturalmente inhibidas para ejercer sus derechos plenamente", opinó Shahrizat Abdul Jalil, una ministra musulmana a cargo de la política familiar.
Foto: Mujeres musulmanas en Malasia (Agencias)