MADRID, 28 de junio 2011 (Time).- El placer de recibir una caricia acaba de ser comercializado. Un spa ubicado en la ciudad Madrid, la capital española, ofrece lo más novedoso en tratamientos: las cosquillas (Sí, aunque se ría).
CosquilleArte, que en el nombre esconde la penitencia, abrió sus puertas en diciembre pasado y cuenta con una gran variedad de propuestas risibles para que sus clientes disfruten una sesión plagada de mimos.
“Mi padre solía hacerme cosquillas antes de dormir, eso siempre me ha relajado”, explicó Isabel Aires, aficionada a las caricias y dueña de este novedoso lugar.
Como cualquier otro spa, en Cosquillarte los tratamientos toman lugar en un cuarto con poca luz, aderezado con música apacible y un toque de incienso, mientras el cliente yace boca abajo sobre una mesa especial y se deja consentir.
Una sesión de 30 minutos cuesta 25 euros (425 pesos mexicanos), y por una hora la tarifa aumenta a 45 euros (765 pesos).
“Tenemos una gran variedad de cosquillas. Si alguien es muy sensible, presionamos más fuerte. La idea es que la gente se relaje y saque todo el estrés”, explica la propietaria.
La satisfacción plena es la especialidad de la casa.
“Al principio, algunos clientes son escépticos al respecto, pero siempre terminan enganchados”, garantiza Aires.
El siguiente paso para Cosquillarte es expandir el placer en otros lugares del mundo.