MADRID, 18 noviembre 2011 (ABC).- Nos pasamos la vida queriendo ser millonarios sin pensar más allá del momento “somos ricos”. Yo, que a menudo le doy vueltas al tema y soy muy agorero, suelo decir que no quiero ser millonario porque al final tener dinero te reporta una serie de preocupaciones e inquietudes que los pobres no tenemos.
Karl Rabeder frente a su antigua mansión |
Interior de la sala de la antigua mansión de Rabeder |
¿Ya? Vale, pues Karl dice que ahora es inmensamente feliz, que ahora disfruta todo lo que no disfrutaba cuando tenía el dinero por castigo. Lo hace con un razonamiento fácil sustentado en los casi 900 euros que cobra cada mes: “Si escribes las cosas que te hacen realmente feliz y lo que cuestan, te darás cuenta de por qué digo que solo ahora soy feliz”, asegura a la prensa austriaca.
Karla Rabeder en su actual residencia |
“Tener solo un poco de dinero me hace más feliz”, dice Karl, que no quiere ver fotos de cuando era millonario porque le traen malos recuerdos. ¿Y vosotros? ¿Creéis que soportaríais las necesidades y las exigencias que requiere ser millonario? ¿Tenéis un plan por si alguna vez os toca la lotería?