MADRID, 9 diciembre 2011 (Vanguardia).- La polémica actriz pakistaní Veena Malik ha levantado un verdadero revuelo al posar desnuda para el número de diciembre de la edición india de la revista masculina FHM. Y no sólo es que la bella intérprete enseñe sus encantos, algo escandaloso para la conservadora sociedad pakistaní, si no que lo hace mostrando un tatuaje en su brazo en el que se puede leer ISI, las siglas del todo poderoso y controvertido servicio de inteligencia pakistaní. Una verdadera provocación.
No es la primera vez que la actriz recibe críticas por su comportamiento, pero estas fotografías podrían ser la gota que colma el vaso. Hoy en Pakistán no se habla de otra cosa y las redes sociales hierve con comentarios al respecto, la mayoría de ellos críticos con la actriz.
Su representante ha acusado a la revista masculina de haber falsificado las imágenes y ha negado que Malik haya posado nunca desnuda. Hasta ella misma ha asegurado que la mujer de las fotos no es ella en la revista Times of India, "mi manager y mi equipo legal están valorando como actuar", ha declarado. Por su parte, el editor de la revista ha afirmado a la BBC que tienen un video de la sesión de fotos y correos electrónicos de la actriz en los cuales muestra su conformidad con el posado.
El comportamiento de Veena Malik ha irritado en más de una ocasión al ala más conservadora de la república islámica. La actriz saltó a la fama en India en 2010, tras años intentando hacerse un hueco, cuando participó en la edición india de Gran Hermano. Durante su participación en el concurso, sus coqueteos con los concursantes masculinos y su poco pudor a la hora de enseñar sus curvas, le hicieron ganarse duras críticas por parte de ciertos clérigos musulmanes y de los medios de comunicación de Pakistán.
Pero Veena Malik parece ser una mujer con carácter y no se dejó amedrentar. Cuando un clérigo musulmán la acusó de haberse comportado de forma "inmoral" durante su paso por Gran Hermano, ella le hizo probar de su propia medicina y le acusó de haber violado las leyes islámicas al haber mirado a una mujer desconocida más de una vez. Y fue todavía más lejos, asegurando que tanto los clérigos como las actrices, a veces, cometen pecados, pero que ella seguía considerándose una buena musulmana.
Desde entonces su lista de enemigos no ha parado de crecer pese a haberse convertido en la actriz más popular del cine en urdu (lengua oficial del Pakistán). Desde el líder terrorista Maulana Masood, conocido por sus conexiones con el fallecido Bin Laden, que la acusó de haber humillado a Pakistán y al mundo musulmán, hasta la diva pakistaní Meera, que la ha calificado de "chica barata". Ahora, su homenaje a los servicios secretos pakistaníes seguramente le ha granjeado una nueva enemistad.