BUBLÍN, 17 febrero 2012 (EFE).- La Justicia de Irlanda se ha topado con quien ha sido calificado como, "quizá, el criminal más estúpido" que ha pasado nunca por los tribunales de este país, un ladrón condenado a siete años de cárcel por un atraco "ridículo".
Así lo reflejó este jueves el juez Donagh McDonagh en su sentencia contra Gary Byrne, un dublinés de 30 años culpable del intento de robo de un almacén de oro perpetrado junto a otros dos cómplices, que acabaron siendo rescatados por los bomberos.
El magistrado llegó a concederle el "beneficio de la estupidez" y le anuló los dos últimos años de condena, después de reconocer que Byrne, quien tenía un antecedente por agresión, no era "un criminal curtido".
"Una cosa es segura -añadió McDonagh-, su ineptitud y estupidez no reduce, de ninguna manera, su culpabilidad".
Todo ocurrió el 10 de agosto de 2010, cuando el trío de delincuentes había penetrado en ese almacén de oro de la capital irlandesa, donde ataron y amordazaron a dos empleados para abrir la caja fuerte.
No obstante, Byrne abandonó, sin motivo aparente, la escena del crimen llevándose las llaves de la caja y las de las persianas metálicas de la entrada, que cerró dejando a sus cómplices Ian Jordan y Aidan Murphy atrapados en el interior junto a los rehenes, aparentemente sin quererlo.
"Fue una operación bien pensada pero mal ejecutada. Conocían bien los horarios de propietario del negocio y lo atracaron a la hora más vulnerable", señaló McDonagh.
El juez explicó que Byrne dejó atrás a sus compañeros, quienes "aparecieron después con las manos arriba para rendirse a la policía, tras ser rescatados por los bomberos".