LONDRES, 17 septiembre 2012 (PL).- Un estudio de ADN de dos laboratorios forenses descarta hoy que el fundador de Wikileaks, Julián Assange, utilizara alguna vez un preservativo roto entregado a la policía sueca por una mujer que lo acusa de delitos sexuales.
En el condón roto entregado como prueba a la policía por una de las acusadoras de Assange no aparece su ADN, confirmaron los abogados defensores, según el informe de 100 páginas recibido de los especialistas en anatomía patológica de ambas instituciones.
La denunciante, de 33 años de edad, sostiene que el periodista rompió intencionalmente el preservativo para realizar sexo sin protección en 2010.
Asilado en la embajada de Ecuador en Londres, Assange, por su parte, niega esos cargos y alega que después del día del supuesto delito convivió al menos una semana más en su apartamento de Estocolmo con esa mujer, sin que ella en ningún momento hablara del incidente.
El ADN del enemigo público número uno de los servicios secretos de Washington fue hallado en otro preservativo presentado por la segunda acusadora, quien dice haber sido violada mientras dormía, informó el canal de televisión Russia Today.
Respecto a este caso, el comunicador perseguido tras revelar en Internet detalles del hegemonismo estadounidense en sus relaciones diplomáticas, mantiene que se trata de sexo con consentimiento.
Sobre la base de estas imputaciones, la justicia sueca puede procesar jurídicamente al periodista, quien es reclamado por Estocolmo para ser interrogado sobre los dos incidentes.
Assange permanece refugiado en la legación de Ecuador en Londres, donde recibió asilo diplomático para evitar su extradición a Suecia por el temor de que ésta derive en otra hacia Estados Unidos, donde puede ser condenado a muerte por la publicación de cables diplomáticos.
Se hizo presente en la embajada exactamente cinco días después de que el Tribunal Supremo del Reino Unido rechazara reabrir su caso y dio vía libre a su envío a Suecia.
WikiLeaks ha divulgado miles de documentos diplomáticos confidenciales y comprometedores para diversos gobiernos, en particular para Estados Unidos, cuya política hegemónica e injerencista puso al descubierto con hechos concretos.
Por diversas vías, Washington y sus aliados occidentales presionaron hasta que en diciembre de 2010 Assange fue detenido a requerimiento de Suecia y mantenido bajo arresto domiciliario en el Reino Unido.
Su defensa alegó que la orden para su entrega fue emitida por un fiscal y no por un juez, lo cual legalmente la invalida según los letrados, pero tres tribunales, incluido el Supremo, fallaron a favor de la extradición.
Esta cadena de veredictos desfavorables hace que los abogados y la opinión pública internacional teman que una vez en Estocolmo el periodista sea entregado a Estados Unidos para ser juzgado por traición debido a la divulgación de cables diplomáticos.
Foto: Julian Assange (Agencias)