viernes, 16 de enero de 2015

Un joven uruguayo publica en internet que Mujica lo recogió haciendo autostop


MONTEVIDEO, 16 enero 2015 (Clarín).- Un trabajador uruguayo se encontró con la sorpresa de que era el mismísimo presidente quien se ofrecía a llevarlo. El hombre, que había empezado mal su día, concluyó: "Valió la pena por la experiencia".

Gerhald Acosta es un trabajador uruguayo que hace trabajos de en un taller mecánico de Montes del Plata y que días atrás vivió una insólita experiencia al hacer dedo en la ruta y ser levantado ni más ni menos que por el presidente uruguayo, José "Pepe" Mujica.

Este trabajador había empezado mal su día ese 5 de enero de 2015. Al llegar a su trabajo en el taller, le informaron que tenía la cédula vencida y las normas de la fábrica, en la que hace trabajos de lubricación y mantenimiento de motores, no le permitían el ingreso. Al no poder quedarse a trabajar, un compañero suyo lo acercó hasta la ruta, donde él comenzó a hacer dedo. Necesitaba que alguien lo acercara a Juan Lacaze.

"Caminé un rato y en ese tiempo pasaron unos 25 o 30 autos y ninguno me paró, cosa que entiendo por cómo está la situación ahora", contó el trabajador al diario uruguayo El Observador. Pero al rato, una camioneta con chapa oficial y un auto que venía detrás pararon sobre la ruta. Del último vehículo bajó un hombre que le preguntó para dónde iba.

"Le conté lo que me pasó y le dije que iba para Juan Lacaze. Me dijo que me podían llevar hasta Anchorena y que me subiera en la camioneta que estaba adelante. Cuando subí dije: ‘A esta mujer yo la conozco'.Era Lucía (Topolanski, esposa del presidente), con la perra Manuela yPepe venía sentado adelante. No podía creer que el presidente me estaba llevando".

El Observador cuenta que Acosta relató que, al subir, Mujica y su esposa le preguntaron qué le había pasado para estar haciendo dedo. El presidente y la primera dama venían de Carmelo en dirección a la estancia presidencial que se encuentra en Anchorena.

"El viaje fue corto, pero ellos fueron muy amables. Al bajar les agradecí muchísimo porque no cualquiera ayuda a alguien en la ruta y menos un presidente", contó Acosta.

"Al final perdí un día en la fábrica pero valió la pena por la experiencia", concluyó el trabajador.