México, 19 noviembre 2008 (EFE).- El turista japonés Hiroshi Nohara, un ex trabajador de la limpieza de 40 años que llegó a México hace 75 días, ha convertido una mesa en un restaurante del aeropuerto de la capital en su nueva casa, sorprendiendo a la opinión pública local y sin que queden claros los motivos de su extraña decisión.
El turista asegura a la prensa que permanece ahí porque se siente "seguro" en al área internacional del aeropuerto, el más importante del país, donde dormita, se alimenta con hamburguesas y café, y conversa con empleados y otros pasajeros, como el personaje interpretado por el actor Tom Hanks en el filme "La terminal".
Según las personas que han conversado con él, Nohara se encuentra solo en México y no tiene ningún familiar ni conocido, aunque está contento con el trato que le han dispensado los mexicanos y ha dicho que no tiene ninguna prisa por regresar a su país.
Nohara, que habla algo de inglés, solo se levanta de su mesa para ir al sanitario y para comprar su comida.
Le disgusta dar entrevistas a los medios, prefiere charlar con los trabajadores de esta terminal o con los turistas que se le acercan, pero habla sólo lo indispensable.
Este martes confesó a otra pasajera con la que hablaron los periodistas mexicanos que decidió salir de su país en busca de su novia, de la cual supuestamente no sabe nada desde hace tiempo y al parecer se encuentra en Brasil.
Su intención era convertir México en su escala y continuar su viaje a Brasil pero perdió su pasaporte, que le fue repuesto por la embajada de su país en México para regularizar su documentación.
Se sabe que llegó a México con un visado de turista para 180 días el pasado 2 de septiembre en un vuelo procedente de Los Ángeles (EE.UU.) aunque no ha explicado porqué cambió tan radicalmente sus planes y permanece en la terminal aérea.
El nuevo "inquilino" del aeropuerto también cuenta con el billete abierto de regreso a su país en la ruta México-San Francisco-Tokio.
Nohara aseguró a la prensa local que para realizar el viaje tuvo que ahorrar cinco meses de su salario, aunque es inexplicable que viajara tantos kilómetros para instalarse en el aeropuerto mexicano.
El visitante, de perenne sonrisa, ha aprendido en estos días a decir en español "no, muchas gracias", afirman algunas personas que han charlado con este peculiar turista.
Las autoridades migratorias mexicanas aseguran que Nohara no ha cometido ningún delito y que sus papeles de ingreso a este país se encuentran en regla por lo que no pueden detenerlo por encontrarse en el aeropuerto capitalino.
De igual manera, fuentes de la Embajada de Japón en México aseguran que no pueden obligarle a nada si él ha decidido "vivir" en la terminal aérea.
El primer secretario de asuntos culturales de la representación diplomática nipona, Masayoshi Ono, explicó hoy a Efe que los trabajadores de esa embajada ofrecieron a Nohara un billete de avión, dinero e inclusive un alojamiento en un hotel.
El japonés, según Ono, respondió que "de momento no requería nada".
"Hablamos con él para que retornara a Japón y primero pensamos que tenía algún problema para no poder regresar o viajar a otro país. Sin embargo, tiene dinero, tiene boleto y los documentos para poder salir de México y no hay ningún problema. Él vive en el aeropuerto en México, esa es la realidad", dijo el diplomático.La embajada le ha recomendado que evite molestar a las personas que se encuentren en el aeropuerto y que procure mejorar su aspecto, pues al parecer hace varios días que no se ducha.