PEKÍN, 21 enero 2009 (EuropaPress).- El gobierno chino intenta bloquear la subasta en París de unas cabezas de animal de bronce del siglo XVIII que pertenecen a la colección personal del fallecido modisto francés Ives Saint Laurent, al considerar que esas piezas fueron robadas a Pekín por el ejército franco-británico.
Así, un equipo de abogados, formados y contratados por el gobierno chino, ya han comenzado la batalla legal por estas obras, interponiendo una denuncia en los juzgados franceses, con el fin de que se paralice la subasta que el próximo 23 de febrero estaba prevista en la prestigiosa galería Christie.
Las esculturas de bronce representan la cabeza de una rata y un conejo y según las autoridades chinas, fueron robadas en 1860 del jardín de Yaun Ming Yuan, del Palacio Imperial de verano en Pekín. En concreto, la rata y el conejo estaban entre 12 animales del zodiaco chino que eran la parte de una fuente construida para el emperador por sacerdotes franceses e italianos jesuitas. "Esperamos que la justicia pare la venta y ordene al dueño de los artículos robados que los devuelva" explicó al 'Times', en unas declaraciones recogidas por otr/press, Liu Yang, uno de 67 abogados chinos que trabajan sobre el caso.
Por su parte, la sala de subastas Christie's se mostró muy contrariada con China. "Si diéramos estas dos obras de manera gratuita a China, nosotros tendríamos que devolver el Obelisco de la Plaza de la Concordia y numerosas pinturas del Louvre", explicó el empleado de Christie's.
La sala de subastas señaló también que el señor Saint Laurent y Pierre Bergé, su compañero sentimental, habían adquirido los artículos legalmente y que estos tenían "una procedencia clara y detallada". Así, las piezas habían pasado por las manos de varios coleccionistas europeos antes de la terminación en las manos del diseñador galo.
Para los expertos, esta disputa por las piezas es una de las formas que tiene China de continuar con la campaña que lleva desde la primavera pasada para castigar a Francia por el apoyo que mostró el presidente Nicolas Sarkozy al Dalai Lama y la crítica de su política china hacia Tíbet.